AyFix, la bolsa de trabajo que ayuda a los migrantes que vuelven a México

Hasta inicios de diciembre del año pasado, 135,490 mexicanos habían sido deportados desde Estados Unidos, según la Secretaría de Gobernación. Uno de los principales problemas de este colectivo es encontrar un empleo a su regreso al país. La plataforma AyFix, una aplicación que funciona como bolsa de trabajo, trata de ofrecer una alternativa.

“A las personas migrantes les cuesta mucho trabajo encontrar empleo al llegar a México, a pesar de que muchas veces son expertos en sus oficios. Así que, a través de la aplicación, pueden ofertar sus servicios y encontrar clientes más fácil”, explica José Alfredo Labastida, fundador de AyFix. El software lleva abierto al público desde marzo y cuenta con más de 3,500 personas afiliadas.

La bolsa de trabajo está abierta a cualquier persona, pero los migrantes han encontrado en ella una oportunidad. Hasta el momento 800 de los afiliados son mexicanos que han regresado de Estados Unidos. “Tenemos acuerdo con gobiernos municipales, como Guanajuato. Ellos reciben a las personas deportadas y les informan sobre la existencia de la aplicación. Los acompañan y guían durante el proceso de adquirir la documentación requerida para usar la app y otros trámites. También nos dan sus padrones de retorno para nosotros contactarlos y darles información”, comenta Labastida.

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Para registrarse en AyFix, son necesarios documentos como el comprobante de domicilio (los trabajadores de la aplicación realizan visita domiciliaria), INE, carta de antecedentes no penales, dos recomendaciones personales y dos laborales, esto para garantizar la seguridad de contratado y contratista.

Una vez que se está dentro de la aplicación, se brindan cursos gratuitos en línea que buscan mejorar la especialización de los trabajadores en segmentos como plomería, carpintería o construcción, entre otros. Actualmente, AyFix tiene cobertura en la Ciudad de México, Puebla, Cuernavaca, León, Guanajuato y Guadalajara. Según su fundador, se registran 30 contrataciones diarias en promedio.

Hoy, la aplicación es gratuita, aunque en un futuro (aun sin fecha), Labastida planea cobrar 250 pesos mensuales a los trabajadores registrados para poder sostener el negocio y no pedir ninguna comisión por el trabajo.

Mejora del modelo de negocio

Este será uno de los retos de la plataforma, considera Jorge González Gasque, socio y director de G2 Consultores. El especialista opina que será muy difícil la implementación de una tarifa, ya que la aplicación ha iniciado de manera gratuita. “Es recomendable iniciar con los precios ya establecidos, aunque provocara que los clientes se acercaran de manera más lenta. Si no se hace así, cuando se deba pagar la suscripción correrán el riesgo de perder a las personas ya afiliadas”, explica.

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Por eso, aconseja establecer una fecha en la que se implementará el precio de suscripción, para que haya mayor organización en el dinero que entra y sale de la empresa. “Finalmente, es un negocio y los fundadores deben tener un modo de monetización claro, si no la empresa está destinada a no rendir frutos económicos reales”, agrega González.

Sin embargo, comenta que el mercado es amplio y puede funcionar. “Hacer más práctica la manera en que se ofertan servicios y su contratación tiene mucho futuro. Ya existen servicios similares en el ramo que han sido exitosos, como IguanaFix”, detalla el experto.

El diferenciador de AyFix es su apertura a las personas deportadas, lo que amplía su panorama. La clave, sostiene Labastida, es dar un buen servicio, en donde se garanticen las habilidades de los trabajadores.

Dificultades

Otro de los desafíos recae en la parte de los migrantes que quieren subirse a la aplicación. Ana Laura López, miembro de la organización Deportados Unidos, explica que conseguir los documentos para poder acceder a cualquier bolsa de trabajo, incluida la de la Oficina del Servicio Nacional de Empleo, es difícil para un migrante. "El Instituto Nacional de Migraación te ayuda a tramitarlos, pero a cambio te pide otros que muchas veces no tenemos. Las actas de nacimiento se pierden o se encuentran en sierras donde ya no tenemos familia”, comenta.

López pone como ejemplo su caso: lleva un año en la Ciudad de México y apenas hace unas semanas pudo conseguir un domicilio y su INE. En los primeros meses en el país tuvo que vender dulces en la calle, debido a las pocas oportunidades de trabajo.