La retardada estrategia de Pemex para aliarse con las empresas
La crisis presupuestaria que vive Pemex ha trastocado casi todos los planes que la petrolera mexicana tenía para corto, mediano y largo plazo. Por ello, quiere acudir a la iniciativa privada para relanzar proyectos que han quedado en el limbo.
Pemex podrá aliarse con empresas nacionales o extranjeras a través de las llamadas migraciones de contratos y de los 'farm outs', por los que la firma que tiene los derechos de explotación de un campo petrolero puede aliarse con otras compañías.
Este proceso se anunció desde el nacimiento de la reforma energética, pero a la fecha no se ha concretado ninguna de las 22 oportunidades que Pemex presentó en 2014 para hacer estas asociaciones.
Pemex tiene en curso el lanzamiento de 'farm outs' en tres áreas donde "pronto" lanzará la licitación para encontrar aliados: Ogarrio, Cárdenas-Mora y Rodador. “Dichas oportunidades ya cuentan con la aprobación de la Secretaría de Energía para continuar con su proceso de migración, y Pemex tiene previsto iniciar la licitación para determinar a los socios lo antes posible. Las áreas seleccionadas fueron identificadas por su rentabilidad y perspectivas de producción”, explicó la petrolera en su reporte anual 2015, presentado el mes pasado.
Estos campos se ubican dentro del proyecto Ogarrio-Sánchez Magallanes, en los límites de Veracruz y Tabasco, en una zona donde empresas como Petrofac cuentan con uno de los antiguos permisos de explotación que otorgaba Pemex bajo la anterior legislación.
La petrolera mexicana estimó una inversión de 1,900 millones de dólares para desarrollar estos activos, donde apenas se extrajeron 71,000 barriles de crudo diario y 100 millones de pies cúbicos de gas natural, según datos de agosto de 2015.
Pemex también preparaba la licitación de otros campos de aguas profundas, aguas someras (poco profundas), aceite extrapesado y gas seco, pero a la fecha de su último reporte aún se encontraban en evaluación. “Pemex ha considerado llevar a cabo la migración de los campos Samaria, Sinán-Bolontikú, Ek-Balam, Ayatsil-Tekel-Utsil, Kunah-Piklis, Trión, Maximino y Exploratus, pero los reevaluará antes de continuar con el proceso respectivo”, dijo entonces la compañía.
La petrolera nacional valoraba entonces en 40,000 millones de dólares las inversiones requeridas para la explotación de estos campos, que en conjunto apenas aportaron 151,000 barriles de crudo diario en 2015, de los cerca de 2.4 millones de barriles diarios que produjo ese año.
Todos estos proyectos pertenecen a las opciones llamadas 'farm outs', donde Pemex lideraría los trabajos.
En cuanto a las migraciones de contratos, Pemex esperaba lograr la primera en el primer semestre de este año, a pesar de que las solicitudes iniciaron desde el 19 de diciembre de 2014, según el reporte anual de la firma.
La petrolera se encuentra presionada para encontrar recursos que le permitan revivir proyectos trastocados por el recorte de 100,000 millones de pesos que sufrió en su presupuesto a inicios de este año, y que le ayuden a frenar la caída de su producción de crudo.