El acuerdo entre Donald Trump y Carrier daña la economía de EU: WSJ

En su editorial, el diario argumenta que la seguridad laboral depende de la rentabilidad del negocio.
Poco rentable De acuerdo con el diario, Carrier quería mover la línea a México para seguir siendo competitivo en el mercado. (Foto: Chris Bergin/REUTERS)

Una de las críticas más fuertes al acuerdo para mantener 1,000 empleos de Carrier en Indiana se encuentra en la página editorial del periódico conservador The Wall Street Journal.

El editorial del viernes titulado "Trump's Carrier Shakedown," (La depuración de Carrier de Trump) argumenta que la presión del presidente electo a la empresa para que no trasladara empleos es mala para la economía y para los trabajadores a largo plazo. El periódico argumenta que Carrier quería mover la línea a México para seguir siendo competitivo en el mercado.

"Como aprendieron a la mala los trabajadores de la industria automotriz estadounidense, la verdadera seguridad laboral depende de la rentabilidad del negocio”, dijo la página editorial. "Si los costos extra de permanecer en Indianápolis erosionan ese negocio, esos trabajadores perderán sus empleos eventualmente de todos modos”.

El periódico argumenta que Carrier no tenía otra opción más que ceder a la presión de Trump pues la amenaza de la tarifa del 35% en bienes importados de México, así como el hecho de que su empresa madre United Technologies obtiene 5,600 millones de dólares al año, o 10% de sus ingresos, de contratos de defensa.

"Luego está el daño potencial a la marca Carrier, especialmente sus ventas de aire acondicionado a consumidores, si el señor Trump decide aplastarla desde el púlpito del bully”, escribió el periódico. “Así que United Technologies decidió aceptar el pequeño costo en contra de sus ingresos”.

nullEl periódico también cita a Trump presionando a Ford Motor para no destinar su producción de una Lincoln crossover SUV a México, incluso si ese cambio no significaría la pérdida de empleos para EU. Éste argumenta que los funcionarios electos no deberían interferir con las decisiones de negocios.

"Los políticos son inversionistas podridos", dice el periódico.

Y argumenta que los conservadores que nunca tolerarían esa interferencia en las decisiones de negocios por parte del presidente Obama o los Demócratas no deberían permanecer en silencio cuando un republicano como Trump lo hace.