Paula Santilli: única en el mundo, pero igual a los demás
A Paula Santilli, encargada de manejar toda la cadena de valor de los alimentos de Pepsico México, le apasiona visitar a menudo las plantas, los centros de distribución y el campo donde se cultivan las materias primas de productos como Sabritas y Doritos. En esos recorridos, la chief operating officer (COO), o directora operativa de la empresa, siempre hace dos cosas: subirse a los tractores y abrazar a los empleados.
"Mi rol es estar lo más cerca posible del negocio. Por eso, lo que he hecho es estar estudiando plantas, centros de distribución, sistemas de logística, y conociendo a la gente", explica esta ejecutiva argentina, aunque chilanga de adopción. "Porque la gente que está en la línea de manufactura, en la línea de recepción de materia prima o en los centros de distribución, es la gente que sabe y que me dice: 'Señora, no sé por qué hacemos esto, es una tremenda pérdida de dinero'. Y lo único que tengo que hacer yo es articular los comentarios de nuestros empleados y transformarlos en estrategias sustentables".
Así resume la nueva labor que realiza en la compañía desde octubre de 2016, cuando fue ascendida a responsable de las operaciones del negocio de alimentos de la firma en México.
Santilli supervisa 17 plantas, una red de distribución que surte a más de 900,000 clientes y una fuerza de ventas de cerca de 20,000 colaboradores. Su reto: mejorar la eficiencia de todo el proceso.
"Nuestros productos tienen una vida útil relativamente corta, con lo cual la integración de la cadena es fundamental. Queremos productos que lleguen a las manos de los consumidores lo más frescos posibles y queremos controlar una cantidad correcta de inventario en toda la cadena. Nadie tiene espacio hoy día para guardar cientos de toneladas de productos alimenticios".
Hacer que estas labores sean sustentables es otra de sus grandes prioridades. La empresa es el principal comprador de papa para uso industrial en México, pues consume el 17% de la producción nacional, y también mueve volúmenes muy importantes de maíz y trigo.
"Por eso tenemos que lograr un agro sustentable", afirma. "Mucho de lo que estamos haciendo en las plantas es buscar que no haya desperdicio alguno de nuestras plantas en las comunidades. Nada. Por ejemplo, toda el agua que usemos se va a reciclar y no va a haber desperdicio de packaging. Además, el 75% de la energía que usamos para fabricar nuestros productos ya es eólica".
Y su tercera responsabilidad principal es innovar y transformar el portafolio. Ante el impuesto especial (IEPS) del 8% que el gobierno aplicó desde 2014 a los alimentos y bebidas de elevadas calorías —"nos impactó, sí", admite la directiva—, todas las compañías del sector empezaron a reformular sus productos. "Han tomado muchas medidas para enfrentar el impuesto, desde formatos más pequeños, que siguen siendo accesibles para el consumidor, hasta fórmulas reducidas en azúcar", dice Beatriz Torres, analista en Euromonitor International. "Sin embargo, la percepción de estos productos no es la mejor entre los consumidores mexicanos".
Santilli es consciente de ello, y por eso destaca que Pepsico ha buscado reducir elementos como el sodio, que bajó un 25%, pero manteniendo el mismo sabor. "Estamos haciendo una gran cantidad de planes para adaptarnos a los cambios en el consumidor", comenta.
Liberar la ambición
Santilli es la única mujer gerente general en todo Pepsico en el mundo, aparte de la CEO global, Indra Nooyi.
Por ello, otra de sus grandes labores es ayudar a impulsar las políticas de la empresa para equilibrar las cosas. Según destaca, en los últimos cinco años, la representación femenina aumentó un 24% en las plantas de producción y un 32% en niveles de gestión. Ahora, en las fábricas hay 40% de mujeres, y en los puestos de gestión el porcentaje es de 33%.
Falta, sin embargo, aumentar la presencia femenina en los altos puestos ejecutivos. "Hay que animarse", asegura. "Una de las cosas que siempre les digo a las mujeres en México es que hay que liberar la ambición. Como que la ambición está retenida. Este es un trabajo intenso, sí, pero sí lo podemos hacer, no hay absolutamente nada que nos retenga, excepto a veces nuestra propia inseguridad o nuestra propia duda".
La directiva lo tiene claro: las empresas funcionan mejor cuando hay mujeres en cargos directivos, afirma, citando estudios de Harvard y de McKinsey. Según destaca, en las plantas, cuando hay mujeres a cargo suceden tres cosas: hay menos accidentes, la calidad es muy buena y la productividad es mayor. "Hay muchos temas de impacto en una compañía que las mujeres a veces entienden mejor que los caballeros".