Acapulco no se recupera: pierde al Crowne Plaza, su último hotel estadounidense
Acapulco ha ido perdiendo de a poco los hoteles operados por grupos internacionales desde la crisis de 2009. Hasta principios de este año, únicamente sobrevivían el Crowne Plaza y el Banyan Tree. Ahora, el primero anuncia su salida del destino, pues su hotel se renovará con un nuevo nombre.
El hotel Crowne Plaza de Acapulco anunció esta semana su desincorporación del grupo estadounidense IHG para transformarse en el hotel Gran Plaza Acapulco. “La decisión fue de los propietarios del hotel y forma parte de la remodelación que se realiza en el inmueble”, dijo un vocero de la oficina de Promoción Turística de Acapulco.
El proceso de remodelación a dos años contempla una inversión de 90 millones de pesos y considera remodelación completa de la fachada del hotel, habitaciones y área para congresos y convenciones.
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“El hotel se reinventa e incursiona en nuevas tendencias turísticas globales, al crear una nueva experiencia de hospedaje llamada ‘Golden Inclusive’, con planes de alimentos y bebidas y servicios más sofisticados”, mencionó el hotel en un comunicado.
Expansión buscó a IHG, operador y dueño de la marca Crowne Plaza, pero hasta el momento no ha tenido respuesta por parte de la empresa.
Uno de los supervivientes
El Crowne Plaza era, hasta el año pasado, una de las pocas marcas de grupos internacionales que sobrevivían en el destino, luego de que en la crisis de 2009 saliera Fairmont, que estaba con un hotel que hoy se conoce como Princess y que pertenece al complejo Mundo Imperial de Grupo Autofin México.
El único hotel de marcas extranjeras que permanece es el Banyan Tree Acapulco, ubicado en Cabo Marqués y de origen asiático.
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La bahía de Acapulco tiene 275 hoteles con 19,483 habitaciones, de los cuales sólo 14 son de cinco estrellas, 8 de gran turismo y 6 de clase especial, es decir, de alto valor arquitectónico, histórico o de alto lujo.
En 2016, el destino recibió a 5.6 millones de visitantes, 10% más que el año pasado. Del total de visitantes, el 90% son viajeros nacionales y el resto internacionales. El destino tiene hoteles que no han tenido remodelaciones en más de dos décadas, mantienen tarifas muy bajas y viven de los turistas que llegan desde la Ciudad de México, principalmente durante los puentes o periodos vacacionales.
La ocupación promedio anual de Acapulco el año pasado fue de 40.3%, sin cambios respecto a 2015, y 20 puntos porcentuales por debajo del promedio nacional, que se ubica en 60.3%, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo.