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Mascotas, cervezas y juegos, las estrategias para tener empleados felices

Las compañías tienen una tarea más: crear ambientes positivos para trabajar. La tendencia ya inició y los resultados son visibles.
jue 01 junio 2017 06:00 AM
A favor.
A favor. La productividad en las empresas que implementan estrategias de felicidad crece 31%, según Delivering Happiness.

Zeus aparece en la recepción de las oficinas de Mars en Querétaro y, de inmediato, las puertas de cristal se abren. Ingresa al corporativo a paso lento. Su llegada atrae las miradas de los empleados y más de uno se acerca a darle los buenos días, pero él no responde. No es un colaborador de la firma, es un perro gran danés que, al menos una vez al mes, acompaña a su dueño al trabajo.

Desde hace más de un año, Bruno Tognonato -de 28 años- lleva a su perro a la empresa. No es el único: 20 por ciento de los empleados de la oficina de Mars Petcare también lo hace. Perros de raza golden retriever, shitzu, bóxer o criollos reposan a un costado de los escritorios de sus dueños. Y los gatos tienen un lugar especial, con areneros y juegos, en las instalaciones de la compañía fabricante de alimentos y comida para mascotas.

"Trabajo más contento y creo que si sube mi rendimiento", dice Tognonato.

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La política que permite llevar mascotas a la oficina de Mars nació en 2013. La visión pet friendly del corporativo se sumó al programa organizacional 'Trabajo, vivo y disfruto', cuyo objetivo es ayudar a los empleados a tener un ambiente laboral positivo a través de actividades como masajes, pláticas de desarrollo, talleres, sesiones de relajación y consultas con nutriólogos.

“No es porque esté de moda”, dice Carlos Peón, general manager de Mars Petcare México. “Queremos que las personas estén contentas. Sabemos que la gente que se siente motivada, que está enganchada y que disfruta su trabajo lo hace mejor y eso entrega mejores resultados”.

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nullMars no es la excepción. Desde hace ocho años, el objetivo de tener empleados motivados y felices ocupa un espacio destacado en las agendas de recursos humanos de las empresas en México, que, poco a poco, se sumaron a la brigada de encontrar actividades para que los trabajadores estuvieran felices en el trabajo. Hoy, según los especialistas, la tendencia ya explotó y se encuentra en etapa de implementación.

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Oficinas con mascotas, mobiliario innovador, salas de descanso, juegos de mesa, horarios flexibles, actividades de salud e, incluso, cervezas ilimitadas son algunas de las herramientas a partir de las cuales las empresas -pequeñas, medianas y grandes- planean convertirse en organizaciones positivas.

“Apenas se está trabajando sobre la marcha”, dice Adriana Castro, cofundadora del Instituto de la Felicidad, firma que ofrece soluciones para que las organizaciones y sus miembros alcancen su desarrollo óptimo. “Me encantaría decir que ya hay una metodología o una estrategia que está funcionando, pero en realidad no, es un elemento de prueba y error”.

Germen positivo

Cuando se habla del origen de la felicidad en las empresas, los libros y especialistas remiten a Martin Seligman, ex presidente de la Asociación Estadounidense de Psicología. El psicólogo se dedicó, desde inicios de la década de los 90, a estudiar la psicología positiva y los elementos que provocan que las personas tengan un desempeño favorable.

Al tiempo, las empresas comenzaron a trasladar sus hallazgos al contexto laboral para ser más rentables, pues según el reporte 'Ciencia de la Felicidad 2016', de la consultora Delivering Happiness España, las ventas incrementan hasta 37 por ciento luego de que se implementa un plan de felicidad.

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Google, Coca Cola y Zappos fueron pioneras en aplicar esta visión dentro de sus muros, luego la adopción fue exponencial.

“La gente piensa que las personas tienen que ir a trabajar, no a ser feliz, pero pueden pasar las dos cosas, sin que una afecte a la otra”, afirma Martín Leroy, director de la firma argentina Grupo Aukera Consultores y socio de la empresa danesa Woohoo, especializada en felicidad en el ambiente laboral.

De acuerdo con Nancy Martínez, directora general de la consultora organizacional Live 13.5 -que tiene entre sus clientes destacan Metlife, Coca Cola y UPS-, las estrategias positivas comparten el mismo anhelo por crear ambientes de felicidad. A pesar de ello, no toda están destinadas a lograrlo.

La advertencia de los especialistas es clara: solo aquellos planes que tienen su objetivo definido desde el inicio y escuchan a los empleados verán el éxito.

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“Primero tienen que definir qué tipo de compañía quieren ser”, explica Gabriela Ochoa, directora de People & Organization de Mars Petcare México. Los efectos visibles pueden ir desde disminuir la rotación laboral hasta incrementar las ventas, todo en función de las necesidades y ambiciones de cada compañía.

En 2016, la empresa de soluciones de infraestructura tecnológica Grupo Tecno puso en práctica su estrategia. Juan Carlos Lovo, vicepresidente de Finanzas y Operación, revela que el objetivo principal era reducir el nivel de rotación, que en 2014 se ubicó en 5.29 por ciento. “No queríamos que la gente se fuera”, cuenta.

El equipo de trabajo de la compañía diseñó el plan de actividades Tecno Unido para reconocer, motivar y sensibilizar a los empleados sobre el rol esencial que juegan en la organización. Enfocarse en una sola meta les permitió alcanzarla: el índice de rotación se redujo a 2.78 por ciento.

Pero el enfoque, por sí solo, es insuficiente. Escuchar a los empleados sobre lo que requieren y atender esas necesidades es vital para que el desarrollo óptimo se alcance y para que las actividades que se implementen -desde sesiones de masajes hasta actividades en salas fitness- sean arropadas por la plantilla.

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“Algunas pymes que quieren comenzar con el bienestar ponen fruteros con plátanos, manzanas, naranjas o barras de cereales para los empleados”, narra Leroy. “No conozco a nadie que llegue a la casa y le diga a la esposa: no sabes qué feliz soy, hoy en la oficina comí dos manzanas. No sucede”.

Por ello, el especialista recomienda construir un puente de comunicación claro y oportuno con los empleados, para que la compañía invierta verdaderamente en lo que se requiere.

Martha Torices, jefa de Desarrollo Organizacional de la firma Adecco México, describe que para asegurarse de tomar en cuenta a todos los miembros de la empresa y escucharlos, pusieron en marcha el programa de Embajadores, quienes se encargan de hablar con el personal de las diferentes sucursales, transmitir sus necesidades al área de Recursos Humanos y dar seguimiento a un plan de compromisos para atenderlas.

“Lo más importante que dice la gente es que se siente escuchada y tomada en cuenta”, comenta Torices. A partir de esas comunicaciones, Adecco identificó que los empleados deseaban horarios más flexibles, home office y máquinas de café y snacks en el corporativo.

Inversión vs. retorno

Adriana Castro, del Instituto de la Felicidad, afirma que lo ideal es que las empresas inviertan en la estrategia de felicidad, al menos, el equivalente a la séptima parte del presupuesto total que destinan a pagar la nómina. Aunque, dice, no es obligatorio y los resultados no siempre son de la misma magnitud que lo invertido.

“El error es pensar que le tienes que invertir mucho dinero para poder tener un resultado positivo”, detalla Lovo. Para comenzar a explorar el terreno de la felicidad, los especialistas recomiendan empezar con actividades básicas y, posteriormente, migrar a grandes inversiones.

Una de las iniciativas de arranque, sugiere Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias de la Felicidad del Tec Milenio, puede enfocarse en demostrar a los colaboradores cómo su trabajo aporta a la empresa.

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Peón coincide en la idea de empezar con una pequeñas iniciativas de prueba para, luego, evolucionar a planes más ambiciosos. Aunque dice desconocer el monto exacto de inversión destinado a su estrategia de felicidad, asegura que Mars ya ha comprobado que sí es la manera más sencilla de llegar a los objetivos.

"Por lo menos en mi experiencia personal, es la manera más fácil de entregar los resultados a los que me comprometo. Y si eso (el plan de organización positiva) permite que la métrica dura se entregue, no lo voy a dejar de hacer", advierte.

Nota del editor: Este texto se publicó en la edición 1212 de la revista Expansión que salió a la venta en mayo.

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