Las emisoras de la BMV y sus ‘casos de la vida real’
Las razones por las que las acciones de una empresa tienen poco movimiento dentro de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) pueden ser variadas, pero hay algunos casos que llaman la atención por salirse de lo ordinario. Estos son algunos ejemplos:
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Con las manos atadas
Ya que son los tenedores de las acciones los que determinan qué tanto se compran y se venden los títulos de una empresa, hay ocasiones en que ellos no están interesados en deshacerse de sus acciones. Es el caso de Cablevisión.
“Cablevisión es filial de Televisa y no van a vender las acciones, pues es como vender su propio negocio, así ya no hay dividendos y ellos se reparten las utilidades”, comentó Julián Fernández, analista de Bursamétrica.
De acuerdo con su reporte anual, Televisa, a través del Corporativo Vasco de Quiroga, tiene 51% de las acciones de Cablevisión.
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Otro caso más extraño es el de Collado, una empresa de transformación y distribución de acero. Según su reporte anual, Savoy International Investments es uno de los grandes accionistas que ejercen una influencia significativa en el grupo. Pero Savoy pertenece al Consorcio Villacero, uno de los principales competidores de Collado.
“Su objetivo dentro de la administración de Collado es chuparle todo lo que puedan. Es una empresa que se beneficia directamente de mantener el control de esas acciones y no piensa venderlas (por ahora)”, señaló un analista que pidió no ser citado.
En 2009, Villacero compró 29% de las acciones de Collado. Un año después, bloqueó un incremento en el capital social de Collado, con lo que ésta hubiera podido aumentar el número de inversionistas y disminuir el control que Villacero ejerce sobre el grupo.
Desadaptadas
Los 80 y 90 fueron décadas de ensueño para Edoardos Martín, firma de venta de ropa, pero el nuevo milenio también vino con retos que no logró sortear.
El fast fashion, prendas ‘de moda’ fabricadas de forma rápida y barata, como Zara, fue la daga que aniquiló a la firma.
“El principal riesgo que vemos es el mercado nacional deprimido y muy competido, un bajo nivel de tráfico en centros comerciales y una actividad promocional sin precedentes. Es un mercado basado en precio sin importar la calidad”, admitió la compañía en su reporte anual de 2012, el último entregado a la BMV.
Ante ese escenario, Edoardos terminó por cerrar todas sus tiendas y se declaró en quiebra en 2014. Desde ese año sus acciones se encuentran suspendidas, pero no deslistadas.
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En una situación similar se encuentra Hilasal, una empresa que fabrica toallas y que fue afectada “por las crisis económicas que se han presentado a nivel internacional, una competencia desleal en los mercados en que participa, así como incrementos en el precio de la materia prima que utiliza (algodón)”, señaló la firma en su reporte anual de 2016.
En 2014 salió del concurso mercantil al que se había acogido un par de años antes. Sin embargo, los números no son favorables. La empresa suma tres años consecutivos registrando pérdidas netas, aunque se mantiene al pie del cañón.
“La situación económica ha incrementado la demanda de productos de bajo precio y/o menor valor agregado. La empresa no ha considerado oportuno incrementar su participación en dicho segmento de mercado”, asegura en el reporte.