Trump y su difícil relación con los principales CEO de EU
Varios ejecutivos que se unieron a los ahora extintos consejos de asesores lo hicieron después de haber expresado sus dudas respecto al mandatario.
Stephen Schwarzman, el CEO de Blackstone, de ideología republicana, se refirió a Trump como el "P.T. Barnum de Estados Unidos”, en una entrevista de 2015.
El CEO de Tesla, Elon Musk lanzó una respuesta simple durante la campaña de Trump cuando le preguntaron en Twitter si apoyaba al candidato republicano: “No”
La implosión de los consejos de asesores de Trump de este miércoles, funge como un recordatorio claro de estas divisiones. Si bien muchos líderes corporativos pusieron de lado sus inconformidades sobre Trump para ganarse un sitio en la mesa de la creación de políticas, pocos le prestaron su apoyo incondicional.
Esto se volvió claro una vez que Trump atribuyó las manifestaciones violentas por parte de supremacistas blancos en Charlottesville a “muchos lados”. Los CEO comenzaron a salir de los consejos hasta que colapsaron.
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Tras las elecciones, los directores generales y grandes compañías ofrecieron a Trump sus felicitaciones y encontraron un lugar común sobre su deseo mutuo de pasar la reforma fiscal corporativa y disminuir las regulaciones de Wall Street.
"Es nuestra esperanza que los líderes gubernamentales se enfocarán en unir al país y perseguir políticas que impulsen el crecimiento económico y la creación de empleos”, dijo Ford en un comunicado en noviembre.
Pero las rupturas comenzaron poco después de que Trump formara el Foro Estratégico de Políticas y la Iniciativa de Empleos de Manufactura, los cuales reunieron a “algunos de los líderes empresariales más respetados y exitosos de Estados Unidos”, dijo el equipo del presidente en ese momento.
La prohibición de viaje de Trump en enero a algunos países de mayoría musulmana suscitó la condena generalizada. Muchas empresas se vieron sorprendidas por la repentina orden ejecutiva y tuvieron empleados afectados directamente.
"Nosotros, por supuesto, queremos promover la seguridad y combatir el terrorismo, pero creemos que necesita hacerse con respeto al proceso, los derechos humanos y el principio de inclusión”, dijo el CEO de BlackRock, Larry Fink, en una nota a sus empleados en ese entonces.
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Jeff Immelt, presidente de General Electric, escribió en enero que GE cree que “estos empleados y clientes son cruciales para nuestro éxito y son nuestros amigos y socios”.
Después de eso, el número de temas en los que los líderes corporativos rompieron con Trump comenzaron a apilarse.
Su decisión de salir del acuerdo climático de París avivó la censura, causando que Musk y el CEO de Disney, Bob Iger, rompieran sus vínculos con la Casa Blanca .
Después, las luminarias de la tecnología hicieron sonar su desaprobación al plan de Trump de prohibir que las personas transgénero sirvieran en el ejército. #LetThemServe," tuiteó el CEO de Google, Sundar Pichai.
Pero Charlottesville fue demasiado, lo que provocó que una oleada de CEO tomaran la poco común decisión de reprender públicamente al presidente en turno.
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"El racismo y el asesinato son incondicionalmente reprensibles y no equivalentes moralmente a nada más que haya sucedido en Charlottesville", dijo Denise Morrison, CEO de Campbell Soup Co., después de renunciar al consejo de manufactura.
“Creo que el presidente debió, y necesita ser, inequívoco sobre ese punto”.