TLCAN 2.0: congelado por los aranceles al acero y el tema automotriz
En mayo parecía que saldría humo blanco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Pero tras la decisión del gobierno estadounidense de imponer aranceles al acero mexicano y canadiense, la posibilidad de que los tres países lleguen a un acuerdo en el corto plazo ahora se ve lejana.
“Las negociaciones del TLCAN en este momento no se están moviendo, tenemos un texto bastante avanzado, pero no hay un acuerdo en nuestro sector”, dijo Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en conferencia de prensa.
El líder gremial, quien participa en el ‘cuarto de junto’ que acompaña al equipo negociador mexicano, dijo que hasta ahora no se ha avanzado en las reglas de origen que establecen el porcentaje de componentes que deben tener los vehículos que se fabrican y comercializan en Norteamérica. Este ha sido uno de los temas más controvertidos a lo largo de la renegociación.
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Una de las peticiones de Estados Unidos al respecto era elevar de 62.5% a 75% el contenido regional en los vehículos, y que el 70% del acero y aluminio utilizado por los fabricantes de vehículos fuera comprado en la región. También propuso que el 40% del valor de los autos y las SUV, y el 45% del valor de los pickups fabricados en la región provengan de componentes que hayan sido producidos por empleados que reciban un salario de entre 16 y 19 dólares la hora.
Pero ni México ni Canadá accedieron a estas peticiones, y no se llegó al acuerdo que la Secretaría de Economía preveía alcanzar en mayo.
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En su lugar, Estados Unidos impuso aranceles al acero y al aluminio mexicanos y canadienses, a lo que estos países respondieron con aranceles espejo y con una demanda ante un árbitro internacional de comercio contra Estados Unidos.
Los fabricantes de vehículos han dicho que este arancel inevitablemente generará incrementos en los precios de los vehículos y que eventualmente serán absorbidos por los consumidores, también en Estados Unidos.
Por si esto fuera poco, Trump ha vuelto ha insistir en imponer un arancel a los vehículos mexicanos.
La última semana de mayo, el Departamento de Comercio de Estados Unidos lanzó un comunicado diciendo que ese país iniciaría una investigación ante la sospecha de que “las importaciones de vehículos han socavado a su industria automotriz local”, generando un daño a la seguridad nacional. En caso de que esta investigación prospere, Estados Unidos podría imponer un arancel de 25% a los vehículos importados.
“Pero, ¿qué daño hace un auto, en una distribuidora de Estados Unidos, fabricado en México con 40% de componentes estadounidenses?”, cuestionó Solís. “Creo que Estados Unidos se está extralimitando con el argumento de la seguridad nacional”, añadió.
Esta investigación podría durar hasta 270 días, más otros 90 que el presidente estadounidense se podría tomar para ver si impone o no barreras arancelarias.
“Por supuesto, en medio de este tema, tan delicado e importante, están miles de millones de dólares de inversiones de empresas”, dijo Solís.
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Se reúne con los candidatos
Mientras avanzan las denuncias interpuestas por México y Canadá, y la investigación de Estados Unidos a los vehículos importados, el sector ya busca nuevos aliados entre los candidatos a la presidencia.
“Hemos invitado a conversar con nosotros a los tres partidos más importantes en nuestro país. Queremos poner sobre la mesa, de manera institucional, una agenda amplia y compleja, que es fundamental para continuar el desarrollo de nuestro sector”, dijo Solís.
El líder gremial no descartó que en el futuro se reanuden las negociaciones del TLCAN, no obstante, dijo, “nosotros seguimos firmes en que el resultado del acuerdo, cuando este se retome, sea el que favorezca a este sector y a esta industria tan importante en Norteamérica”.