El sexenio de la infraestructura: trenes, aeropuertos y carreteras incompletas
El gobierno que concluye este viernes tenía planeadas inversiones por hasta 7.7 billones de pesos en infraestructura, de los cuales 1.3 billones se destinarían a 223 proyectos de comunicaciones y transportes. Sin embargo, el objetivo no se cumplió. Grandes proyectos, como trenes, ampliación de líneas de metro, segundos pisos y carreteras se frenaron por problemas ambientales, de presupuesto y hasta escándalos de corrupción.
Al principio, todo iba en marcha. Entre las primeras obras que comenzó a entregar el gobierno federal, hubo carreteras con varios años de desarrollo como la Durango-Mazatlán y la México-Tuxpan. Luego, la administración de Enrique Peña Nieto presentó un Plan Nacional de Infraestructura (PNI) que incluía como bandera una gran apuesta por los trenes de pasajeros y más de 50 autopistas de peaje.
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Pero después llegaron los recortes al presupuesto, ante el descenso en los ingresos públicos por el desplome de los precios del petróleo. Uno de los primeros rubros que recibió recortes fue la inversión física. La construcción de obra civil, por ejemplo, ha sufrido caídas en los últimos dos años.
De acuerdo con Eduardo Ramírez, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), un plan de infraestructura tan ambicioso siempre es difícil de cumplir, a lo que se suma la falta de planeación de largo plazo para continuar con los proyectos.
Además, el sexenio estuvo marcado por escándalos relacionados con la infraestructura, como el Paso Exprés a Cuernavaca, el tren México-Querétaro y el nuevo aeropuerto de Texcoco.
Paso Exprés y carreteras
A pocas semanas de que se pusiera en operación el Paso Exprés a Cuernavaca, construido por Aldesa , se creó un socavón que terminó con la vida de dos personas. La compañía fue acusada de deficiencias en el proceso constructivo y escasa calidad de materiales, como causas del accidente. El tema fue polémico, pero no el único en el sector.
Empresas como Pinfra y Aleatica ganaron contratos por vialidades dentro del PNI, que a la fecha no se han completado. En el caso de Aleatica está la Atizapán-Atlacomulco , con retrasos por cambio en el trazo y dificultades en la obtención de derechos de vía. Y Pinfra ganó la concesión para uno de los segundos pisos de la Ciudad de México, el Indios Verdes-Santa Clara, del cual no se han arrancado las obras a cuatro años de la licitación, por temas ambientales.
El tren a Querétaro
A poco de que arrancara el sexenio, se realizó la licitación para el primer tren de alta velocidad del país, que conectaría la Ciudad de México con Querétaro . El contrato lo ganó la firma China Railway Construction, en conjunto con algunas firmas mexicanas como Prodemex, GIA y Grupo Higa. Al poco tiempo de que se adjudicó el proyecto, una investigación periodística de Aristegui Noticias reveló que Higa había participado en la construcción de una casa para la esposa del presidente. Finalmente, el proyecto se canceló.
Con las restricciones presupuestales que siguieron, éste y el tren Transpeninsular fueron cancelados. Los proyectos planeaban sumar inversiones cercanas a los 100,000 millones de pesos. El único tren de pasajeros que sobrevivió fue el México-Toluca, aunque lleva más de un año de retraso y sufre sobrecostos.
Aeropuerto
La obra más grande del gobierno de Peña Nieto sería el Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco. Tras años de polémica sobre dónde se construiría, en 2013 se anunció que sería en Texcoco, y al año siguiente arrancaron las obras.
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Siempre estuvo rodeado de polémica. La Auditoria Superior de la Federación encontró irregularidades en el proyecto en numerosas ocasiones, las obras se retrasaron y se incrementó su costo. De tener previsto entrar en operaciones en octubre de 2020, el arranque se aplazó a 2021. Ahora, Andrés Manuel López Obrador ha prometido cancelarlo, aunque ya tiene un avance físico y financiero del 32%.