El plan energético de AMLO: estos son los puntos bajo la lupa
El presidente Andrés Manuel López Obrador resumió en su toma de protesta lo que ya ha dicho en numerosas ocasiones: la reforma energética no trajo las inversiones esperadas ni logró aumentar la producción de petróleo del país.
“Dijeron que vendría a salvarnos, y sólo ha significado la caída del petróleo y el aumento desmedido del precio de las gasolinas, diésel, gas y electricidad”, señaló López Obrador.
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Durante su discurso, el ya presidente, quien se reunió hace cerca de un mes con empresarios petroleros, destacó algunos de los puntos de su plan energético, enfocado en aumentar los recursos de Pemex y apostar por la refinación para elevar la producción petrolera y convertir a México en autosuficiente en combustibles. Ahora, la inmensa mayoría se importan de Estados Unidos.
Es cierto que la reforma energética no ha cumplido todas sus promesas . El gobierno que recién salió estableció metas para 2018, que no ha logrado: llevar la producción de petróleo hasta los 3 millones de barriles, en promedio diario; aumentar la de gas a 8,000 millones de pies cúbicos; o reducir las tarifas de electricidad y gas.
Pero también ha habido logros: el pasado sexenio, se concedieron en licitaciones 107 contratos a 73 diferentes compañías, que ahora realizan tareas de exploración y producción de petróleo en el país. Las empresas, que vienen de 20 países, ahora trabajan lado a lado con Pemex en zonas donde la petrolera nacional había reducido su presencia, debido a sus restricciones de presupuesto. Su inversión estimada se acerca a los 200,000 millones de dólares (mdd), una cifra que el presidente minimizó en su discurso.
Inversiones, ¿llegan o no?
López Obrador criticó la reforma energética por, según él, no haber logrado detonar demasiadas inversiones. De acuerdo con el presidente de México, las inversiones en el sector rondaron los 760 millones de dólares, 0.7% de lo prometido.
Sin embargo, este dato considera únicamente la inversión ya ejercida desde que las empresas privadas empezaron a explorar los proyectos ganados hace apenas un par de años atrás, y no tiene en cuenta la cifra total que se producirá en el tiempo de desarrollo de todos los bloques otorgados a firmas privadas.
“Olvidó mencionar todas las inversiones en geofísica, levantamiento sísmico y experiencia que los privados han llevado a Pemex”, destacó Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC.
La Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (AMEXHI), que agrupa a las nuevas petroleras del país, apunta que se han pagado al Fondo Mexicano del Petróleo cerca de 2,000 mdd; que se han invertido otros 2,000 mdd en estudios de sísmica para conocer a más profundidad el Golfo de México; que otros 4,000 mdd están ya comprometidos en los próximos años en la perforación de pozos; y que la expectativa es que se agreguen al menos 12,000 mdd en planes de desarrollo aprobados por el regulador energético.
Hace unos días, Pemex hizo su mayor descubrimiento en más de dos décadas en el campo Ixachi. “Logró ir de 4,200 a 7,000 metros de profundidad, derivado de lo que está haciendo con las distintas petroleras extranjeras”, añadió Monroy.
“No creo que la reforma haya sido un fracaso, pero si acaso tomó demasiado tiempo establecer la regulación”, opinó Luis Miguel Labardini, de la firma especializada Marcos y Asociados.
Nueva refinería
El presidente reiteró que la refinería de Dos Bocas, Tabasco, estará lista en tres años, y afirmó que los precios de los combustibles disminuirán en cuanto inicie operaciones.
“Me comprometo que, muy pronto, cuando terminemos la refinería y renovemos otras, va a bajar el precio de la gasolina”, dijo.
Los analistas coinciden en que es una meta difícil de lograr. Normalmente, en el mundo, lleva más de ese tiempo construir y comenzar una refinería.
“Hay que ser muy cuidadosos de que la nueva capacidad de refinación en México no sólo cumpla con los volúmenes que requiera la demanda, sino que también sea competitiva en términos económicos. Que sea rentable”, destacó Labardini.
Para poder tenerla lista en tres años, es probable que la construcción de la refinería sea modular, que produzca en inicio apenas entre 75,000 o 100,000 barriles, coinciden los analistas consultados. “Es posible que termine siendo una refinería bastante simple”, dijo Monroy. “Esta refinería no resolvería, entonces, el tema de las importaciones (desde Estados Unidos)", agregó.
En lo que respecta a los precios de los combustibles, Labardini recordó que se rigen por la ley de la oferta y la demanda, además de estar referenciados a los precios internacionales, por lo que una mayor producción de combustibles en México no necesariamente causará un abaratamiento de estos productos.
No al fracking
Andrés Manuel López Obrador también dijo que no permitirá la fracturación hidráulica (fracking), la técnica que sería necesaria para la extracción de las enormes reservas estimadas de gas en el norte del país.
“Si no hay fracking, se pierde ese potencial”, comentó Labardini.
El gas shale, además, era una de las soluciones más realistas para poner fin a las importaciones desde Estados Unidos y hacer autosuficiente a México. Sin embargo, sus efectos medioambientales provocan que sea una técnica polémica, aunque del otro lado de la frontera, en Texas se emplea ya desde hace años. La producción de shale en Estados Unidos convirtió a ese país en el mayor gigante energético del mundo.
“El potencial de México de esos recursos es de los mayores del mundo: es el sexto más grande en gas y el octavo en petróleo”, dijo Monroy. “Sin embargo, por razones ideológicas, por miedos y desconocimiento, estamos echando por abajo esta oportunidad, pues ya hay un margen de seguridad para llevar a cabo estas operaciones sin dañar el medio ambiente”, añadió.