El rey aún no está muerto, pero es hora de abrirle paso al nuevo rey. Durante cientos de años, el maíz ha sido considerado como el ‘oro’ de México por su significado sociocultural y su posición como alimento básico en el país, pero, desde hace dos décadas, comenzó a perder parte de su valor en la agricultura, dejándole protagonismo al sector hortofrutícula, que ha visto ascender nuevas estrellas, como el ‘oro verde’, el aguacate.
La categoría ha ido al alza. Desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, el valor de la producción hortofrutícola creció de 5,896 millones de dólares a 14,000 MDD en 2018, un incremento de 138%, de acuerdo con un estudio elaborado por Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
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“Cuando firmamos el TLC, todo el mundo pensaba que el sector agropecuario iba a ser perdedor y lo que ha sido la sorpresa es que el hortofrutícola pasó de tener un volumen de producción de 19 millones de toneladas en 1994 a 41 millones en 2018, un crecimiento de 116%. Y va a seguir creciendo”, explica Juan Carlos Anaya, presidente de la consultora GCMA, quien atribuye este crecimiento a la investigación e inversión en tecnología.
El aguacate está entre los cultivos que más han multiplicado su valor debido a su éxito en exportación. Tan sólo durante la segunda semana de febrero pasado, los envíos procedentes de Michoacán para la temporada del Super Bowl a Estados Unidos rompieron récord con 38,609 toneladas –una cifra histórica, según los aguacateros– que implicó que un camión saliera cada seis minutos cargado de aguacate a ese país, hasta sumar 1,300 camiones. Hoy, el valor de la exportación del aguacate es de 2,901 mdd. El del jitomate es de 1,943 mdd y el de las berries, que cierra este top 3, de 1,236 mdd.
Pero no son los únicos productos que se envían al exterior. “La agricultura es uno de los sectores más atractivos en México y menos atendidos por el capital privado. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) calcula que, para 2028, México tendría que exportar a su país 26,000 mdd”, explica Luis Tejado, socio fundador de la incubadora de empresas Fotosíntesis.
Ante este panorama prometedor, Tejado y su socio, Rolo Leyton, lanzarán en los próximos meses Mexiagro, un Certificado de Capital de Desarrollo (CKD) –una herramienta con el propósito de financiar proyectos– enfocado al sector agroalimentario.
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Inversión que rinde frutos
Tejado tiene experiencia en el campo. Entre 2007 y 2013 estuvo al frente de la empresa forestal Proteak, fundada en el año 2000, que cultiva árboles de teca. Hoy, la compañía factura 265.3 millones de pesos y es el tercer productor mundial. Ahora, el empresario y su socio centran su atención en levantar un CKD con 4,000 millones de pesos, para fondear proyectos o empresas agrícolas que arrojen altos retornos.
El interés surgió después de crear Fotosíntesis, que ha invertido en seis negocios, entre ellos, uno de bananos. México es el 12º productor a nivel mundial de plátano, con 1,229,519 toneladas en 2018. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la fruta mexicana contribuye con uno de cada 50 kg a la oferta internacional de plátano.
“El sector agroindustrial tiene uno de los márgenes más sanos dentro de las industrias. Es uno de los negocios más redituables y, bajo el flujo de capitales de un CKD, puede ser un proyecto de gran envergadura. Lo único malo es que estos instrumentos sólo están al alcance de los inversionistas institucionales (las afore, bancos, fondos de inversión)”, comenta Luis Garinian, director de Pesos & Sesos Academia de Finanzas.
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Para el especialista, el gran reto serán las métricas. “Parte del desinterés de lanzar un instrumento así es la carencia de los datos”, agrega. A ello hay que agregarle que muchos inversionistas no están interesados en este sector por los problemas que existen con el coyotaje, invasión de terreno y la falta de certeza jurídica sobre ellos o el clima, entre otros “mitos que involucran al campo”, explica Tejado. “¡Hay seguros! Los márgenes del campo son malos si haces maíz, pero pregúntale al aguacatero”, advierte.
En México, sólo existe un CKD en este rubro, listado el pasado mes de abril: Renewables Resources Group (RRG). El instrumento fue creado en Estados Unidos en 2003 por Ari Swiller y Cole Frates. En México, tiene un programa para emitir 4,000 mdp, para proyectos e instalaciones de almacenamiento, procesamiento en frío y tecnología agrícola. En el prospecto de emisión apunta a Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Oaxaca, Sinaloa, Sonora y Veracruz como principales entidades.
“Es el colmo que México, siendo un mercado de 50,000 o 70,000 MDD y que va a crecer a 100,000 MDD no puedas invertir en ese 8% del PIB –que es lo que representa el agro–. No tienes una manera de invertir en una sola acción en la Bolsa Mexicana de Valores. Tenemos retail, tenemos cementeras, pero agrícolas no hay. La idea es hacer la primera plataforma agrícola en la que puedan invertir los inversionistas”, dice Tejado.
A pesar de la insistencia del gobierno de rescatar la producción del maíz para ser autosuficientes, los expertos insisten en que el segmento de hortalizas es la nueva ‘mina de oro’. Desde 2015, del total de exportaciones agrícolas, el sector hortofrutícola aporta el 48%, agrega Anaya.
También desafíos
Durante los primeros cinco meses del año, Sinaloa se llena de tomates rojos listos para cortar. La temperatura de esta entidad, que, normalmente, oscila entre los 25 ºC y 36 ºC, ayuda a que el estado sea el principal productor de tomate rojo en el país, con una cosecha de 943 millones de toneladas en 2018, según datos de la GCMA.
Sin embargo, su situación pende de un hilo, pues Estados Unidos no renovó el Acuerdo de Suspensión Antidumping, al que llegó con México en 1996, por lo que, a la espera de un nuevo acuerdo, México tendrá que pagar una cuota compensatoria de 17.56% en la exportación.
Este tipo de situaciones representa uno de los principales desafíos para el sector. Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos se han aplicado medidas proteccionistas en los diversos acuerdos del TLC. “Será uno de los dos retos más importantes para este CKD, lo sucesivo que haya de los tratados de libre comercio con Estados Unidos, estará sujeto a los resultados de las políticas comerciales”, agrega Garinian.
Pero para Tejado no sólo existe Estados Unidos y considera que México tiene varias ventajas: albergar todo tipo de climas, una reserva de agua importante y una mano de obra más barata que el país del norte. “Entre 40 y 50% de las frutas y legumbres que se consumen en Estados Unidos se producen en California y tiene tres problemas: mano de obra carísima, porque el costo por hora es de 20 dólares, hay falta de agua y el costo de bienes raíces es carísimo”, explica.
México tiene una red de 11 Tratados de Libre Comercio con 46 países y un mercado potencial de 1,471 millones de personas que incentivan la búsqueda de nuevas oportunidades y mejores condiciones para la venta de estos productos, de acuerdo con el Atlas Agroalimentario de la Secretaría de Agricultura.