Ante el desplome de los flujos de pasajeros aéreos por la pandemia de COVID-19, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) anunció su intención de cancelar el proyecto de la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). La decisión fue bien recibida por la industria, pero también plantea algunas dudas sobre las capacidades del Sistema Metropolitano Aeroportuario (SMA), que además contempla al aeropuerto de Toluca y de Santa Lucía.
¿Cómo cambiará el sistema aeroportuario con la cancelación de la T3 del AICM?
En abril de 2019, el gobierno federal anunció la construcción de una tercera terminal –e incluso planteó la posibilidad de una cuarta– para descongestionar la saturación del AICM. La infraestructura sumaría 17 posiciones de contacto al aeropuerto capitalino y tendría una capacidad de 10 millones de pasajeros anuales, pero esto no necesariamente implicaba una mayor capacidad de vuelos.
“Aun construyendo la Terminal 3, tampoco era una alternativa viable porque el problema de origen (del AICM) es operativo; es decir, el aeropuerto está saturado no sólo en edificios de pasajeros, sino en pistas de aterrizaje y puntos de contacto”, explica Fernando Gómez Suárez, especialista de la industria aérea.
El proyecto del SMA contempla al AICM en su máximo desarrollo a una capacidad de 50 millones de pasajeros anuales, que, sin embargo, ya se alcanzaron en 2019, cuando registró 50.3 millones de usuarios, y aunque la caída de los usuarios por el COVID-19 desahogará al aeropuerto, aún tendría que perder 18 millones de pasajeros para operar sin saturación, como lo ha venido haciendo desde 2014.
Por otra parte, replantear la construcción de la tercera terminal se percibe difícil, por lo menos antes del plazo agendado para Santa Lucía, afirma Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico Aeronáuticas (INIJA), considerando que las primeras licitaciones estaban previstas para el primer trimestre del año.
El gobierno federal recuperará un margen de 114.3 millones de pesos en el presupuesto federal de este año con la cancelación de la Terminal 3, un monto que estaba etiquetado para los estudios de preinversión.
El caso del Aeropuerto de Toluca
Otro de los proyectos que comienza a presentar retrasos es el Aeropuerto Internacional de Toluca, del que la compañía Aleatica aún conserva 49% de las acciones, y que el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) debe adquirir para poder incrementar la capacidad del aeropuerto. Actualmente es de aproximadamente 6.8 millones de usuarios, pero que para fines del SMA debería ascender hasta 10 millones de pasajeros anuales.
“Nos han hecho entender que Santa Lucía es el aeropuerto que sustituirá al NAIM, pero no es así, es una triada de aeropuertos: el AICM, el Aeropuerto de Toluca con la adquisición las acciones restantes y la base aérea militar”, señala Casas Lías.
Entre los planes de expansión, Luis Federico Bertrand Rubio, director general del AIT, refirió a inicio de año que se contemplaban labores de mantenimiento y la adquisición de terrenos necesaria para la construcción de una segunda pista, según dijo el directivo a BNamericas, una acción necesaria para aumentar la capacidad de operaciones.
Sin embargo, pausar la adquisición del aeropuerto de Toluca también podría resultar benéfico para GACM, pues de haberse concretado antes habrían padecido la devaluación de las acciones a causa de la crisis de la industria, considera Gómez Suárez, con lo que ahora el grupo aeroportuario podría comprar a la baja.
“Comprar a esas acciones al valor real actual obviamente es conveniente”, dice, aunque matiza: “No creo que sea tan fácil, pero la situación del Aeropuerto de Toluca desde antes de la pandemia era inviable. Se cayó por la salida de aerolíneas que iniciaron operando allá, y que fueron parte de un escenario donde se dijo que Toluca podría ser una terminal alterna, y quedó demostrado que no era la solución”, dice.
Al AICM podría quedarle un margen de dos a cuatro años para recuperar los nvieles de 2019, según las estimaciones de recuperación de pasajeros de organizaciones como IATA y ALTA, mientras el aeropuerto en Santa Lucía continúa con su construcción, que hasta el 18 de mayo había reportado un avance de 18%.