Las cadenas de cine ya habían abierto algunos complejos en algunos estados en semáforo naranja, aunque de forma muy limitada. Los visitantes ahora deberán utilizar cubrebocas durante su estancia en áreas como baños, lobbies, cajas y dulcería, como parte de los protocolos establecidos por las autoridades.
“Los estados y municipios que tienen semanas abiertos han presentado un incremento en la audiencia semana a semana. En cuanto a las pérdidas, estimamos cerca de 7,400 millones de pesos de boletos que se han dejado de vender, que equivalen a 152 millones de boletos que se hubieran vendido en estos cuatro meses”, afirma Fernando de Fuentes, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine).
En la capital del país existen 940 salas, que estuvieron cerradas por más de cuatro meses, en las cuales se prevé que el aforo crezca de 10 a 30% tras las aperturas, de acuerdo con de Fuentes.
Alejandro Ramírez, director general de Cinépolis, afirma que, a nivel industria, se vendieron 409,000 entradas de cine en el periodo comprendido entre el 25 de marzo (fecha del cierre de las salas) y el 10 de agosto, cuando en el mismo lapso del año pasado esta cifra fue de 169.7 millones.
El director general de Cinépolis detalla que, debido al golpe que significó la emergencia sanitaria, cerca de 14 complejos de toda la industria se vieron obligados a cerrar la cortina, sin especificar cuántos de estos pertenecen a la cadena.
Ahora, con los cines abiertos en Ciudad de México, 51% de las 3,600 salas de exhibición que existen en el país han vuelto a operar. Entre ellas también se encuentran algunas ubicadas en municipios de estados como Chiapas, Aguascalientes, Durango o Guanajuato, entre otras. Entre los cines que aún no reinician operaciones se encuentran los del Estado de México, en donde hay mil salas, es decir una de cada siete en el país, de acuerdo con datos de Canacine.