Por el contrario, algunos mercados clave en la región, caso de México o Brasil, se mantuvieron abiertos durante buena parte de la crisis, y el tráfico aéreo se vio beneficiado por el uso de la obligatoriedad de test en viajeros en lugar de las cuarentenas, lo que disuadió a menos personas de volar.
IATA prevé por otro lado que en 2021, en el que se cuenta con que haya ya disponibilidad de vacunas contra el coronavirus (COVID-19), la distribución de éstas en el mercado latinoamericano llegue con cierto retraso con respecto a los mercados desarrollados, lo que podría llevar a una recuperación más lenta del sector aéreo local.
El mercado con mayor caída de demanda este año fue el de Oriente Medio (73%), seguido de África (72%), Europa (70%) y Norteamérica (66%), mientras que la menor bajada fue en Asia-Pacífico (62%).
Norteamérica registrará las mayores pérdidas este año, de 45,800 millones de dólares, seguida de Asia-Pacífico (31,700 millones de dólares) y Europa (26,900 millones de dólares).
Para el próximo año IATA vaticina aún pérdidas en todos los mercados regionales, especialmente en el europeo (11,900 millones de dólares), el norteamericano (11,000 millones de dólares) y el de Asia-Pacífico (7,500 millones de dólares).