El representante de la industria estimó que sea hasta 2023 cuando se puedan recuperar los niveles de exportaciones vistos en 2019, que venía a un ritmo de crecimiento anual promedio de 14% durante los últimos seis años, con un 86% de las actividades concentradas en el área de manufactura, 12% en mantenimiento, reparación y operaciones (MRO) y 11% en operaciones de diseño e ingeniería.
Durante 2020, la industria aeroespacial se vio afectada no sólo por la caída en la demanda desde las aerolíneas, sino también por el cese de operaciones del avión 737 MAX del fabricante estadounidense Boeing, que se mantiene sin volar desde marzo de 2019, y del que se producen algunos componentes en México.
Al respecto, Espinosa vio con buenos ojos algunos pedidos que están haciendo compañías como Ryanair y Ethiopian Airlines –ésta última, afectada por un accidente con el 737 MAX en 2019–, por lo que prevé que los niveles de fabricación retomen su ritmo, aunque de manera paulatina.
“Se estima que al cierre 2020 se produzca (el avión) a un rate de 12 a 15 aviones al mes. Venía una expectativa de 45 a 60 737 mensuales. No es inmediata la recuperación, pero se empieza a mover el pipeline; para 2022 podamos hablar de cerca de 30 aviones al mes, no sólo de 737, sino también de A321neo”, indicó.
Sin embargo, para el país hay una oportunidad de mercado equivalente a 5,000 mdd en manufactura de piezas aeroespaciales que pueden ser producidas en México, estimó el especialista, un escenario que podría ser impulsado por el T-MEC y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha levantado el interés de algunos fabricantes para establecerse en México.
“Para la industria aeroespacial vienen oportunidades como en el segmento de defensa, de aeronaves no tripuladas (UAV, por su sigla en inglés), y en el segmento de espacio, proyectos que ya traemos en puerta con la NASA, SpaceX, diversificaciones de mercado donde México puede comenzar a tener una participación, es aquí donde la crisis, si bien afecta, también abre oportunidades”, afirmó.