El costo de generación más alto dentro de las centrales que funcionan a base de combustibles fósiles lo tienen las plantas de combustión interna, con un precio de 1,920 pesos por megawatt-hora.
En el otro extremo están las plantas de generación renovable que se construyeron bajo los incentivos de los Certificados de Energías Limpias, un instrumento diseñado para promover la construcción de nueva infraestructura de generación de fuentes no contaminantes, como la geotermia, solar y eólica. El costo de producción de éstas es de 234 pesos por megawatt-hora.
Los costos de generación incluyen variables como el precio del combustible, el mantenimiento de las centrales y el costo laboral de cada una de ellas. En todas estas la estatal CFE tiene mayores gastos que el resto de los participantes del mercado.
"Primero (son más caras) por el es costo de combustible: las renovables no tienen ese costo porque el sol y el viento no cuestan. La CFE tiene el gran grueso de su generación en base a gas, carbón y combustóleo, que tienen costos importantes y variables. Otro tema es el costo de inversión, las renovables cuestan menos que cualquier energía fósil. Y por último, los costos de inversión: los privados tienen acceso a financiamiento más barato que CFE por lo tanto pueden ofrecer costos más baratos", explica Casiopea Ramírez, de Fresh Energy Consulting.
Los participantes privados que ganaron un contrato para suministrar energía eléctrica a la CFE, durante una de las subastas de largo plazo, también tienen costos más competitivos, de 381 pesos por megawatt-hora, de acuerdo con los datos del regulador a diciembre pasado.
La estatal CFE también genera energía mediante plantas renovables, pero su costo es muy superior al ofrecido por las centrales privadas. Los precios registrados por el regulador del mercado indican que la empresa nacional produce electricidad solar con un costo 4.7 veces mayor al ofrecido en las subastas eléctricas. Lo mismo sucede con la electricidad producida vía métodos eólicos, cuyo costo es 2 veces superior.
La administración federal ha intentado modificar las reglas de despacho, a través de las cuales se decide la energía de qué centrales se sube primero al sistema eléctrico, con la finalidad de aumentar la participación de la estatal CFE en el mercado de generación.
Hasta ahora, la electricidad que se utiliza primero es la que tiene costos de generación más bajos, es decir, la proveniente de las subastas y de algunos generadores privados.
Pero el titular del ejecutivo busca que el orden sea cambiado y se utilice primero la generada en las centrales hidroeléctricas y el resto de la CFE, sin importar que la mayoría utilice combustibles altamente contaminantes –como el combustóleo y carbón– y después se use la generada en las centrales privadas.
Las centrales hidroeléctricas de la estatal, que se han convertido en el principal instrumento de la actual administración para utilizar métodos no contaminantes también tienen un alto costo de generación, de 1,019 pesos por megawatt-hora.
“El costo del agua está determinado por su disponibilidad, si no hay agua en las presas en un año seco, esa agua primero estaría destinada al consumo humano, lo que encarecería su costo para su uso en la generación de energía”, dice la analista.
Las centrales de la compañía nacional también acarrean más costos derivado del estado actual en el que se encuentran y de los altos costos de mantenimiento. El parque de generación que opera la estatal CFE tiene una antigüedad promedio de 33 años.
Y estos costos podrían aumentar, ahora que la administración de la compañía ha decidido no sacar de despacho a las centrales que estaban a punto de volverse obsoletas y que deberían de ser suplidas por nuevas plantas de generación.
Ya en un informe, la Auditoría Superior de la Federación advirtió que una decisión de este tipo podría aumentar el costo de generación de electricidad: “El mantener operando unidades que han excedido su vida útil, y que por tanto son muy antiguas, repercute en los costos de generación de energía, ya que presentan una menor eficiencia térmica y necesitan una mayor asignación de recursos para mantenimientos, lo que repercute en mayores costos variables de operación, de arranque, así como de producción”, dijo en uno de sus informes de la cuenta pública 2018.
