La situación comienza a normalizarse tras la ola de frío que ha congelado tanto el sur de Estados Unidos —donde miles de hogares en Texas se quedaron sin electricidad y agua potable— como la actividad económica de varias zonas de México, que dependen del suministro de gas natural desde el país vecino.
Este fin de semana, los texanos fueron recuperando poco a poco los servicios energéticos en sus casas, aunque el regreso a la normalidad será lento. Joe Biden ha declarado "zona de desastre" al estado, lo que permitirá liberar financiamiento federal para los individuos damnificados, incluyendo asistencia para albergues temporales, reparaciones de viviendas y créditos a bajos costos.
Por su parte, México comenzó desde el viernes a descargar gas natural licuado, adquirido de emergencia, para abastecer varias centrales eléctricas que estaban teniendo problemas para generar energía, lo que ha causado el paro temporal en las fábricas de numerosas empresas, como Altos Hornos, Vitro y las automotrices internacionales que operan en el país. Al mismo tiempo, los productores estadounidenses también están aumentando el suministro de gas natural a México a través de gasoductos, a pesar de que una orden ejecutiva del gobernador de Texas, Greg Abbott, prohibió las exportaciones fuera del estado hasta el domingo.
No está claro qué efecto tuvo la medida en los suministros de gas. Al menos un proveedor de México dijo a Reuters que seguiría todas las órdenes estatales, pero otros parecen haber reanudado las exportaciones en cuanto fue posible para cumplir con los contratos.