Las pérdidas netas de la estatal de la petrolera representan un aumento de 38% respecto a las reportadas durante 2019, cuando esta cifra fue equivalente a 348,000 millones de pesos.
El resultado negativo de la petrolera ya era esperado por el sector, toda vez que los estragos derivados de la pandemia se combinaron con el estado financiero de la empresa caracterizado por su enorme deuda y sus grandes costos laborales.
La petrolera reportó utilidades netas favorables en los dos últimos trimestres del año pasado –en el último periodo fue de 124,210 millones de pesos–, pero esto no le bastó para dar revés a las pérdidas que sumó en los primeros seis meses del 2020.
La pandemia ocasionó una baja considerable en los precios del crudo –la mezcla mexicana vio una caída de 36% respecto al 2019- y una disminución considerable en la demanda de combustibles que erosionó el flujo de efectivo de la compañía.
Así, las ventas de la compañía vieron una caída considerable, de 32%, equivalente a una disminución de 448,242 millones de pesos, explicada por una disminución en los volúmenes vendidos derivado de la baja en las actividades económicas.
“La gestión de la crisis del año pasado por parte de Pemex fue mucho mejor a lo que hicieron administraciones pasadas, en situaciones de crisis menos severas a la del año pasado”, se lee en el reporte de la compañía pese a los resultados observados.
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