“Se ha observado que estas medidas tienen poca efectividad y terminan por no lograr el resultado esperado, que es que las personas se queden en su casa. Lo que hemos observado en México es que las restricciones incentivan los mercados ilegales, se incrementa la demanda de proveedores ilícitos, y por ende se da la venta clandestina”, opina Karla Siqueiros, directora general de la Cámara Nacional de la Industria de la Cerveza y de la Malta (Cerveceros de México).
Pero la venta ilegal también es una problemática que enfrenta el sector tequilero. Luis Fernando Félix, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT), comenta que las bebidas alcohólicas que se comercializan en la ilegalidad suelen incumplir las normas de calidad. “Tuvimos casos en Puebla y en algunos estados en donde hubo muertos por la ley seca, que llevo a que la gente compre productos de no tan claro origen”, declara.
Además de la salud y las mermas al mercado formal, estas restricciones para la venta de alcohol también han causado una baja en el consumo. Durante 2020, el consumo de cerveza por persona en México se redujo de 68 a 65 litros per cápita, de acuerdo con datos de Cerveceros de México.
“En cada uno de los estados hay una legislación distinta y cada uno lo maneja como lo considera más adecuado. Hubo territorios más restrictivos, tanto en horarios como días y tipo de canal que si se han visto reflejado en las ventas”, dijo a Expansión Antonio Matienzo, director de marcas regionales en Heineken México.
En tanto, de la producción total de tequila, que en 2020 se ubicó en 274 millones de litros, 24% se destinó para consumo doméstico, lo que significó un decremento de 4%, compartió Félix.