El cruce fronterizo entre Tijuana y San Diego vive una dinámica inusual. Cada día, decenas de trabajadores sin visa de la ciudad mexicana pasan del otro lado, donde ningún agente fronterizo les solicita documentación alguna. Están menos de una hora en territorio estadounidense y no avanzan más de 20 metros desde la línea fronteriza. En realidad, el tiempo justo para que les sea suministrada la vacuna contra el coronavirus, estén en observación médica 20 minutos, y regresen a México.
Más de 10,000 trabajadores de empresas como Coca-Cola, Sempra Energy o Poly (antes Plantronics), entre otras, han recibido hasta el momento una dosis de la vacuna de Johnson & Johnson, donada por el condado de San Diego, gracias a un programa organizado por el Consejo para el Desarrollo de Tijuana (CDT), la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y otros organismos empresariales, junto al consulado de México en San Diego, y que es el resultado de varios meses de conversaciones con las autoridades estadounidenses. El objetivo es llegar a los 23,000 trabajadores protegidos para el 17 de junio, fecha en la que, en principio, terminará la iniciativa.
Desde que inició la pandemia, el consulado de México en San Diego ha colaborado con las oficinas de salud pública del condado e incluso abrió un punto de pruebas de COVID-19 y un centro de vacunación. “Fue una evolución natural que nosotros, cuando empezaba a ser evidente que el condado se dirigía a una sobreoferta de vacunas, preguntáramos sobre la posibilidad de usar algunos de sus excedentes”, afirma Carlos González, cónsul de México en San Diego.