Alrededor de un millón de personas laboran en las plantas armadoras y de autopartes, pero contrario a lo que pasa con los otros dos socios comerciales, Canadá y Estados Unidos, cuyos trabajadores automotrices tienen una edad promedio que supera los 40 años, la edad promedio de los trabajadores del sector automotriz en México ronda los 28 años.
Pero hasta ahora, solo los mayores de 60 años han sido completamente inmunizados.
Mientras tanto, los empleados de la mayoría de las plantas siguen esperando su oportunidad. Muchos de ellos, cansados de respirar a través de una mascarilla durante ocho horas al pie de la línea, tienen la esperanza de que algunas medidas de seguridad se puedan relajar si suficientes colegas se vacunan.
A finales de mayo de 2020, y luego de dos meses de operaciones detenidas, los trabajadores volvieron a las líneas en un entorno seguro que requería mascarillas, lentes, guantes, distanciamiento social, protocolos de limpieza constantes y controles de temperatura.
"La gran mayoría de los colaboradores que están en las líneas de ensamble de las plantas armadoras son menores de 40 años. Entonces se encuentran dentro del espectro de población que aún no ha recibido su vacunación. Estamos buscando la forma de acelerar la aplicación de las dosis porque esto ayudaría, si bien no a un regreso a la normalidad, sí a tener actividades con menos preocupación de contagios", dijo Fausto Cuevas, director de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.
Varios fabricantes han dicho con anterioridad que las vacunas son una medida, además de las máscaras y el distanciamiento social, para limitar la propagación del virus y mejorar la dinámica de trabajo en las plantas.
“Creo que todos estamos esperando una vacuna, para tener más tranquilidad en nuestra vida laboral y cotidiana”, dijo a finales de 2020 Horacio Chávez, director general de Kia México. “La recuperación del sector va a depender mucho de cuándo tengamos la vacuna. Hasta no encontrar una vacuna, se ve realmente difícil regresar a una vida normal, como la teníamos antes. Vamos a tener que vivir con esta situación, manteniendo la distancia y usando cubrebocas, aunque no es agradable", comentó meses antes Igor Dumas, exdirector de Peugeot en México.
Los últimos 18 meses han sido una sacudida de cabeza para la industria. La pandemia aún no cede, la escasez de semiconductores ha paralizado nuevamente a las plantas y el encarecimiento de las materias primas amenaza con impactar nuevamente el precio de los vehículos, que en México ha subido 9% en lo que va del año.
Las armadoras y sus proveedores están tratando de agilizar la vacunación para reducir la incertidumbre en las plantas. Algunas empresas, sobre todo aquellas ubicadas en la frontera norte, han impulsado a sus trabajadores a viajar a Estados Unidos para vacunarse.
"No es exclusivo del sector automotriz, es una tendencia en la franja fronteriza", dijo Bustamante.
Tanto los fabricantes de vehículos como los de autopartes han ofrecido a los gobiernos federal, estatales y municipales que las plantas funcionen como centros de vacunación. "Con algunos de ellos empezaremos a hacerlo así, como con el Estado de México", explicó el representante de la INA.