Miguel López López, subdirector de Contratación y Servicios de la CFE, defendió que como parte de una política presidencial de apoyo a pequeños productores de carbón, la empresa nacional realizó un sondeo entre las compañías productoras de Coahuila para determinar a sus nuevos proveedores, en el que dejaron fuera a empresas que no cumplieran ciertos estándares, uno de ellos relacionado con la seguridad de sus trabajadores.
El sondeo, en el que se seleccionaron a los proveedores confiables de la CFE, se realizó en conjunto con la Secretaría del Trabajo, la subsecretaría de Minas de la Secretaría de Economía y el Servicio Geológico Nacional, explicó el funcionario.
En julio del año pasado, la eléctrica nacional dio a conocer una compra por de 2 millones de toneladas de carbón –equivalente a 2,000 millones de pesos– a pequeñas y medianas compañías de Coahuila. En esta compra, insistió López, la compañía Micarán quedó fuera debido a que las condiciones de la mina representaban un riesgo para los trabajadores.
“Las obras mineras están ubicadas en un talud de un tajo antiguo a una profundidad de 18 metros. Este tipo de minado es de alto riesgo para los trabajadores si no se cuenta con una buena ventilación de las obras mineras, registros constantes de la presencia de gas. Se considera que la empresa no puede operar sin cumplir con todo lo anterior, por lo que es indispensable que se le solicite una autorización previa por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social”, se lee en un documento emitido por el Servicio Geológico Mexicano, que realizó una serie de evaluaciones a las compañías y presentado por la administración de CFE esta tarde en su conferencia.
Pero mientras la CFE ha asegurado que las compras de carbón a la región productora de Coahuila ha beneficiado a pequeños productores, el gobernador de la entidad ha acusado al director Bartlett de provocar una grave crisis en la región carbonífera del estado.
“Lo que ha pasado durante años, antes de esta instrucción de comprarle a los pequeños productores, fue el monopolio de unos cuantos, de una élite enriquecida (…). Es claro que quienes están queriendo establecer responsabilidades a la CFE son los enemigos del programa social, son los indignados porque ya no tiene el monopolio unos cuantos”, dijo Bartlett.