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Los primeros tanques de Gas Bienestar salen a calle con dudas sobre su operación

La compañía de distribución de Gas LP ha comenzado sus recorridos de prueba por Iztapalapa, con un precio de 400 pesos para el cilindro de 20 kilos, pero sin tener clara la regularidad del servicio.
lun 30 agosto 2021 07:16 PM
Un vehículo de carga de Gas Bienestar en calles de Iztapalapa. Las personas se acercan a comprar cilindros de gas LP.
Durante su primera semana de operaciones el costo por kilgramo de gas LP fue de 10.81 pesos, 11.41 pesos por debajo del promedio máximo establecido por la CRE.

Gas Bienestar, la última apuesta presidencial, ha comenzado operaciones en Iztapalapa, la alcaldía con más densidad de población de la ciudad. Un mes después de haber instaurado la mecánica de precios máximos, la administración federal ha comenzado las pruebas de su apuesta más ambiciosa en materia de distribución de gas licuado de petróleo (LP), el insumo más usado en los hogares de las familias mexicanas y un negocio en el que hasta ahora el Estado no tenía participación.

La puesta en marcha de la nueva filial de Pemex es anunciada por una canción. “Para que no gastes de más, para que puedas ahorrar, ya llegó el gas que sí puedes pagar”, se escucha en las calles de Iztapalapa, donde se han establecido generalmente colonias populares. Una serie de camionetas blancas con bocinas perifonean el single e informan de las ubicaciones de los camiones de reparto, cada uno con 70 tanques de 20 kilogramos del combustible. Los nuevos consumidores llegan en sus autos o en carretillas para mover los cilindros.

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En la colonia San Simón Culhuacán, cerca de avenida Tláhuac, los 70 tanques se han terminado en una hora y media. En la fila se quedaron cinco personas que no alcanzaron cilindro hoy y que tendrán que esperar, al menos, hasta la siguiente semana.

El recibimiento de los habitantes ha sido desigual. Hay quienes aseguran que la nueva empresa estatal ha quitado el sostén económico a decenas de familias de la alcaldía –que tenían como sustento la distribución del gas– y quienes dicen que la nueva compañía era necesaria debido a los altos precios que ha registrado el energético en los últimos meses.

Gas Bienestar ha comenzado operaciones con un precio de venta 14.5% menor al máximo establecido por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para esta semana.

El regulador del mercado ha establecido en 23.37 pesos el precio máximo por kilo de combustible para la alcaldía durante esta semana. La nueva compañía estatal ha fijado el costo en 20 pesos por kilo. Así que un tanque de 20 kilogramos es vendido en 400 pesos, y busca cumplir la promesa presidencial de crear una empresa que cobre “un margen pequeño para los costos de operación”. Hace unas semanas, dicen algunos habitantes entrevistados por Expansión, los distribuidores –generalmente comisionistas– vendían uno de estos cilindros en entre 500 y 550 pesos.

Precios Gas Bienestar
Un tanque de 20 kilogramos es vendido en 400 pesos, un precio 14.5% menor al máximo establecido por el regulador para esta semana.

El gobierno creó Gas Bienestar para intentar cumplir la promesa presidencial de no aumentar los precios de todos los combustibles por encima de la inflación. Hasta ahora, el comportamiento del precio internacional de la molécula ha impedido mantener este compromiso de Andrés Manuel López Obrador desde su campaña presidencial.

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Los analistas han dudado sobre la nueva filial de la estatal Pemex. Aseguran que el precio en que se busca vender el combustible no será sostenible en el largo plazo, que crea una competencia desleal hacia el sector privado y que elevará el nivel de deuda de la petrolera, que ya arrastra pasivos de 115,000 millones de dólares.

Las dudas tienen fundamento. Pemex ha mantenido un silencio constante sobre su nuevo negocio y no ha revelado cómo funcionarán sus costos.

Pero más allá de la falta de certezas, sus primeros clientes parecen haberse ido a casa satisfechos: las unidades de Gas Bienestar les han cambiado los cilindros de gas viejos por unos con pintura gris brillante y estampados con el nombre de la estatal Pemex y la leyenda “Por el rescate a la soberanía”. A las otras distribuidoras, cuentan, no les interesa el estado en que sus clientes lleven y obtengan sus tanques. Quienes no cuentan con uno pagan un precio más caro, de 1,995 pesos por un cilindro de 20 kilogramos, con el combustible incluido.

¿Cómo será la distribución de Gas Bienestar?

Los nuevos consumidores de Gas Bienestar también tienen preguntas y estas se tejen alrededor de la regularidad del servicio y los precios que verán en las próximas semanas.

Una serie de empleados de la delegación Iztapalapa que acompañan a los repartidores intentan responder las dudas, aunque no lo logran del todo. Apenas la semana pasada se enteraron que deberían acompañar el nuevo proyecto presidencial.

Los datos de quienes se acercan a realizar la compra son recabados por los empleados de la alcaldía, quienes les prometen avisarles la próxima vez en que la unidad de Gas Bienestar se encuentre por la colonia. La estatal Pemex y el gobierno federal no han hecho público el plan de negocios de la compañía. Entre una hermética comunicación sobre el funcionamiento de la nueva filial, en la que el presidente ha liderado los anuncios, Gas Bienestar ha reclutado desde hace cerca de un mes a repartidores y conductores para distribuir el energético.

Ninguno de los empleados entrevistados durante un recorrido en la alcaldía Iztapalapa se desempeñaban con anterioridad como comisionistas del energético o tenían experiencia previa en la industria. La mayoría encontraron en la nueva filial de la estatal una salida al desempleo.

En las últimas cuatro semanas han tenido que pasar algunos filtros y tomar algunos cursos para capacitarse sobre el manejo de los cilindros, cómo utilizar un extintor, cuidar su propia seguridad y la de sus clientes. Todo en menos de un mes.

El presidente anunció la creación de Gas Bienestar –cuyo nombre sigue la misma lógica que la del resto de los intentos para que el Estado incursione en los sectores en los que hasta ahora solo participaban los privados– el 7 de julio pasado. Poco menos de dos meses después las primeras camionetas han comenzado a surtir a los habitantes de Iztapalapa, como parte de un protocolo de prueba, de acuerdo con las breves comunicaciones que ha emitido la nueva compañía a través de su cuenta de Twitter.

Por ahora, el alcance de Gas Bienestar parece limitado. Los representantes gubernamentales que acompañan las labores de los distribuidores aún no saben cuándo se extenderá la capacidad de operación de la empresa hacia otros puntos de la ciudad. El presidente creó la compañía bajo la premisa de crear competencia. Hasta ahora su administración solo ha reconocido la alta concentración en el mercado como la única razón detrás de los altos precios, sin considerar el contexto internacional.

La compañía ha logrado el primer reto: comenzar operaciones en menos de dos meses. El siguiente será convertirse en un fuerte participante del mercado y que logre modificar el comportamiento de los precios del combustible.

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