Los precios del subproducto de refinación también han registrado un fuerte incremento y han apoyado las finanzas de Pemex. La estatal logró vender el barril de combustóleo en alrededor de 57 dólares, de acuerdo con cifras reportadas por la petrolera. En enero de 2020, antes de que la emergencia por coronavirus trajera una baja importante en los precios de los hidrocarburos, el barril de combustóleo fue vendido por la empresa que dirige Octavio Romero Oropeza en alrededor de 37 dólares y en abril de ese año –cuando los precios tocaron valores negativos– en 14 dólares por barril.
El aumento en precios ha favorecido a la estatal, que por momentos ha batallado en colocar el combustóleo en el mercado internacional. El mejor precio, dicen los analistas, se ha derivado del incremento en la cotización internacional del petróleo, que se ha dado como parte de un efecto rebote tras los momentos más álgidos de la pandemia y de una recuperación tardía de la oferta de petróleo.
Las refinerías de Estados Unidos han recurrido al producto mexicano para contrarrestar la falta de oferta de crudo pesado –para el cual están diseñados estos complejos– proveniente principalmente de Canadá. Las instalaciones pueden funcionar con combustóleo debido a su configuración y es utilizado para generar productos de mayor valor en el mercado como diésel y asfalto.
El combustóleo también ha sido un bálsamo para las refinerías, que han incrementado sus costos de producción por los altos precios internacionales del crudo. En el producto de Pemex encuentran una alternativa para aumentar sus márgenes de ganancia, que ya fueron castigados durante el año pasado, cuando la demanda de hidrocarburos registró una baja histórica y muchas de las refinerías tuvieron que cerrar o pausar sus operaciones, pues la producción no era rentable.
La tendencia de consumo estadounidense resulta una buena noticia para la estatal, que en su búsqueda por aumentar la refinación de combustibles –principalmente gasolinas– ha incrementado significativamente la producción de combustóleo y por lo cual ha sido duramente criticada.
La compañía acumula una producción por encima de la de gasolinas desde julio de 2020. En septiembre pasado, por ejemplo, produjo 248,000 barriles diarios de gasolina y 271,000 de combustóleo, de acuerdo con sus últimos registros.
Los especialistas del sector preveían que las ventas de combustóleo se desplomarían a partir de enero del año pasado, después de que entró en vigor una norma de la Organización Marítima Internacional que dictaba que las embarcaciones marítimas –los mayores consumidores– no podían utilizar más combustóleos con alto contenido en azufre, como el que es producido por la estatal Pemex.
Cuando entró en vigor esta regla, la compañía estatal sólo envió al extranjero 80,000 barriles diarios de combustóleo, muy lejos de los 194,000 que exportó en total septiembre.
Como una estrategia para paliar esta posible falta de demanda internacional, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) aumentó el consumo de combustóleo producido por Pemex, cumpliendo así el plan del gobierno federal de fortalecer a las dos compañías energéticas. Desde noviembre pasado, la petrolera pausó las importaciones de combustóleo que originalmente compraba para proveer a la empresa eléctrica nacional.
