La reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador podría devolver a Pemex al estado en que operaba cuando fue fundada, debido a una serie de cambios que se desprenderán de eliminar la figura de empresa productiva del Estado, bajo la cual operan actualmente la petrolera y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de acuerdo con un análisis de IPD Latin America, una consultora especializada en compañías petroleras y del sector energético. “Tenemos que volver al 7 de junio de 1938, cuando Pemex fue creada después de la nacionalización, para entender el nivel de control y discreción que López Obrador está buscando aquí”, dice el documento de IPD.
La iniciativa de reforma, cuya discusión está por ahora en pausa y que elimina los fundamentos del cambio constitucional de 2013, saca del mapa jurídico el concepto de empresa productiva del Estado, que adoptaron las dos empresas estatales de energía y que las obligaba a operar mediante fundamentos económicos y de mercado, y con un fin de generar rentabilidad al Estado. Como cambio, el documento plantea que ambas empresas se conviertan en organismos del Estado. Un concepto que no se explica en el documento de reforma y cuyas implicaciones no quedan claras.
Pero, según declaraciones de funcionarios, el cambio implica que las compañías adquieran personalidad jurídica y patrimonio propios, y sean dotadas de autonomía en el ejercicio de sus funciones y su administración.