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El giro que necesita la regulación para que México gane con el boom del cannabis

La legalización de su uso medicinal e industrial espera un cambio en los conceptos de la ley, del que depende la detonación para la industria en el país.
lun 22 noviembre 2021 05:00 AM
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Estos compuestos químicos, provenientes de la planta de la marihuana o cáñamo, no son psicoactivos y, por tanto, no estarían sujetos a restricciones sanitarias tan estrictas.

Cancún, Quintana Roo. La ley para regularizar el uso del cannabis medicinal e industrial tiene ya un camino avanzado. Si bien en ambos rubros el uso es legal, es en el área industrial en donde hay un vacío que, de no cambiarse, meterá freno al desarrollo en México de una industria que podría alcanzar un valor de mercado de 5,000 millones de pesos, según cifras de la industria.

Expertos que participaron en el Business Investment Summit, organizado por CannabiSalud, coinciden en que es necesario que la ley haga una diferencia entre cáñamo y cannabis. El primero contiene menos de 1% de THC, que es el componente psicoactivo de la planta, lo que significa que no provoca ningún efecto en el sistema nervioso. La marihuana sí contiene niveles altos de THC y también tiene algunas propiedades medicinales, que ya se emplean en medicamentos para tratar enfermedades como la epilepsia.

“Es necesario que se regule toda la planta, todas las sustancias que contiene la flor. Es importante que las autoridades tengan el conocimiento sobre los usos y vean que, si bien pueden existir ciertos riesgos sanitarios ante un mal uso de la sustancia, hay muchísimos beneficios cuando es bien regulada. Cuando hay una prohibición, no existe control por parte del Estado y no es posible aprovechar estas cualidades”, puntualizó Iñigo Olavarri, cofundador de Procanna Solutions.

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Hasta ahora, no existe una regulación para la operación de las empresas que ya producen y comercializan productos de cáñamo, como cosméticos o suplementos alimenticios, lo que genera un vacío legal y las deja en un mercado gris, que ha llevado a varias compañías a interponer amparos para no comprometer su operación, después de que se detuviera la emisión de permisos ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Mariana Larrea, asociada de la firma de abogados Santamarina-Steta, explicó que no separar al cáñamo de la marihuana en el Artículo 234 de la Ley General de Salud significa el mayor daño para la industria, porque regula a una planta como si fuera una sustancia psicotrópica. “Toda la familia del cannabis se está viendo afectada, principalmente el cáñamo. Lo que esperamos es que la ley nos brinde un acceso real y que podamos ver una ley que sea realmente operable”, dice.

Tanto Larrea como Olavarri comparten que uno de los nudos que hay en el Senado de la República es el desconocimiento sobre la planta y los usos industriales del cáñamo, cuya regulación daría paso al desarrollo en México de productos como biocombustibles, por ejemplo. Sin embargo, esperan que los legisladores terminen con el proceso para tener lista la ley, que también considera el uso lúdico, antes de que termine este periodo de sesiones, el 15 de diciembre.

“Se requiere una regulación secundaria que establezca el porcentaje de cannabinoides o concentraciones que se pueden permitir en productos como bebidas, suplementos o cosméticos, porque una alta concentración tiene una actividad farmacológica en el cuerpo y, por lo tanto, deben ser considerados como un medicamento. Con esa falta de claridad en el tema, es un área gris que nos deja en una incertidumbre jurídica a todos”, añade Olavarri.

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¿En dónde está el uso medicinal?

El uso medicinal cuenta con una regulación desde enero de este año. Sin embargo, esta normativa también tiene algunos problemas para el desarrollo de la industria, a los ojos de los expertos. Mariana Larrea declaró que, aún con la regulación lista, no se otorgan las autorizaciones.

“Salió la declaratoria, festejamos que ya podíamos ir a pedir permisos y lo hicimos, pero Cofepris no está contestando. Entonces regresamos al punto inicial, donde hay que irnos a un amparo para obtener el permiso”, puntualizó.

Y la complejidad en la regulación va más allá. Los especialistas y los empresarios del sector ya han advertido que las reglas para la investigación farmacológica, la expedición de recetas específicas para el uso de estos productos y el registro de pacientes son algunos de los puntos que podrían generar cuellos de botella.

Si bien el reglamento publicado por las autoridades da luz verde a la investigación médica sobre productos de cannabis, no permitirá que en el corto plazo existan más en el mercado, debido a que los nuevos fármacos se tienen que desarrollar bajo los protocolos creados para las farmacéuticas, es decir, deben contar con una investigación clínica extensa que se desarrolla en años.

A esto se añade que para poder recetar un medicamento con CBD, los médicos, dentistas o veterinarios deben contar con un recetario autorizado por Cofepris, que tendrá un código de barras, mientras que los consumidores deberán estar registrados en las farmacias autorizadas para comercializar los medicamentos.

“Es necesaria una ley, es necesario un consumo responsable, es necesario un mercado justo, reglas claras para la industria, controles de calidad, estándares. Y es lo que estamos esperando tener con la Ley”, dijo Larrea.

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