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Los campos prioritarios de Pemex incumplen las expectativas

El gobierno inició su administración con una meta ambiciosa: elevar la producción de petróleo a niveles que no se veían desde hacía una década. Hoy, no ha logrado avanzar con el plan.
vie 24 diciembre 2021 05:00 AM
Los campos prioritarios de Pemex incumplen las expectativas (Refinería de Pemex en Tula, Hidalgo)
Los especialistas dicen que Pemex sobrevendió las expectativas de producción.

La hipótesis se cumplió. La previsión que tenían los analistas sobre el fracaso de los campos prioritarios de Pemex es una realidad. Una de las principales estrategias del presidente Andrés Manuel López Obrador para elevar la producción de petróleo quedó como un buen intento para mejorar el rumbo de la empresa, pero poco más.

El plan de los campos prioritarios se anunció en diciembre de 2018, apenas unas semanas después del inicio de la administración morenista. Las primeras metas parecían ambiciosas, pero convenientes para una empresa que quería elevar su producción de petróleo hasta los 2.6 millones de barriles diarios (mbd), una cifra no vista en más de una década. La producción petrolera nacional se ubicaba entonces en 1.7 mbd, entre Pemex y las empresas privadas.

El primer plan enlistaba 20 proyectos con los que Pemex sumaría 157,000 barriles diarios de crudo hacia 2020 y agregaría 20 nuevos descubrimientos anuales. Al concluir el sexenio, habría alrededor de 120 nuevos proyectos.

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Todos esos anuncios han quedado en planes. Tres años después, la compañía suma 25 activos en su portafolio de campos prioritarios –la expectativa para este momento era de al menos 60–. Del primer listado, solo 16 registran producción, cuatro han quedado descartados o no reportan extracción de ningún tipo de hidrocarburos. Chocol, Esah, Jaatsul y Suuk ya no aparecen en las presentaciones que la empresa muestra a sus inversionistas.

En general, ninguno ha cumplido las expectativas planteadas por Pemex, de acuerdo con las cifras reportadas mensualmente por la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). La petrolera ha tenido que rehacer la mayoría de los planes que entregó al regulador, porque la variación a la baja en sus estimaciones ha rebasado el 30%.

“Todo esto ha sido resultado de la sobrevaluación de los yacimientos. Esta es una promesa que simplemente era demasiado”, comenta un alto funcionario de la CNH que pidió no ser identificado.

La comisión es la encargada de aprobar y dar seguimiento a los planes que tienen las petroleras privadas y Pemex. Y, aunque aprobó los presentados por la estatal que dirige Octavio Romero Oropeza para el desarrollo de estos campos, fuentes al interior del organismo explican que la compañía recibió el visto bueno con vacíos de información y expectativas poco realistas.

“Lo que hicieron fue sobrevalorar los yacimientos. Perforaron un pozo, dijeron que era un yacimiento que podría ser comercialmente interesante y que por eso entraba dentro de las condiciones para poder llevarlo a desarrollo.

"Pero, cuando comenzaron, se dieron cuenta de que su yacimiento no era tan grande como lo habían considerado. Y así, el plan se les cayó totalmente, se ha caído uno a uno”, dice la fuente.

Es una táctica usual de la petrolera, que se ha anclado más este sexenio, afirman consultores del sector. Pemex, añaden, presentó sus campos prioritarios con muy pocos estudios detrás y sin la perforación de una gran cantidad de pozos que comprobaran su viabilidad.

Los especialistas dicen que la actuación ha respondido a una presión política derivada de la intención presidencial de llevar a la empresa a un estado que ya no parece posible.

“Ninguna compañía con inversionistas del mercado va a desarrollar los proyectos así, porque, básicamente, cuando no entiendes el recurso y las cuencas suficientemente bien, puedes destruir valor”, afirma John Padilla, Managing Director de la consultora IPD. “En el momento en que empiezas a perforar para producción, si no has hecho suficiente exploración y un plan de desarrollo, puedes producir recursos rápidos, pero no tienes entendimiento de cuánto daño puedes hacer a ese campo y cuántos recursos vas a dejar en el terreno”, agrega.

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Pemex elevó para este año la expectativa y se puso como meta extraer 300,000 barriles diarios de crudo de estos desarrollos, pero las últimas cifras hasta septiembre –las más recientes– muestran que la producción máxima de estos campos ha sido de 114,000 barriles diarios de crudo y alrededor de 35,000 de condensados –líquidos ligeros que pueden refinarse, utilizarse en los complejos de gas o mezclarse con crudo más pesado–, de acuerdo con un análisis realizado por la consultora IPD Latin America con datos del regulador del mercado.

Pemex asegura que la producción de sus campos prioritarios es mayor y en su reporte del tercer trimestre destacó que en septiembre consiguió una producción de 162,000 barriles diarios de petróleo. De los 25 proyectos que tiene como prioritarios, contabiliza una producción de 280,000 barriles diarios.

La estatal, dicen fuentes de la CNH y consultores del sector, ha establecido como táctica presentar los condensados extraídos como petróleo crudo en sus informes para demostrar la viabilidad del plan prioritario de López Obrador. Las discrepancias entre las cifras reportadas por Pemex y las recopiladas por la CNH tienen variaciones mensuales de hasta 50,000 barriles diarios, de acuerdo con la información recopilada por IPD, al utilizar diferentes temperaturas para contabilizar su producción.

Pemex, por ejemplo, suma la extracción de condensados –un producto que es valioso pero que no puede contabilizarse como petróleo– de Ixachi, Valeriana y Quesqui –los dos primeros forman parte del listado inicial de campos prioritarios– para inflar la cifra que presenta regularmente a sus inversionistas.

Ixachi es el ejemplo más claro de la mala planeación de los campos, dicen los consultores. La estatal ha vendido el campo como el principal motor para el crecimiento de su producción, pero este activo es solo productor de gas y condensados. En su última presentación, en octubre, Pemex aseguró que este campo produce alrededor de 25,000 barriles de crudo al día, pero el reporte de CNH da cuenta de que se trata de condensados.

La falla en la estrategia, dicen los analistas consultados, se materializa en las bajas constantes que ha hecho la administración federal en sus metas de producción para el sexenio. Lo que comenzó como el objetivo de sobrepasar los 2.6 millones de barriles al día se ha convertido en una meta de superar los dos millones de barriles al finalizar el sexenio, con el argumento de priorizar el uso para generaciones siguientes, según ha dicho el presidente, y así apoyar la lucha contra el cambio climático.

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