Canadá ya es el principal proveedor de petróleo para el mercado estadounidense, con exportaciones que superan los 4.5 millones de barriles diarios, de acuerdo con la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés).
“Asumiendo que se mantiene la promesa [de dejar de exportar crudo] y que por cuestión ideológica o lo que sea ya no se exporta crudo Maya a Estados Unidos, todos estos refinadores van a tener que buscar sustitutos, van a afectar sus operaciones porque si tú cambias un barril de Maya por un barril de otro origen te lleva un lapso volver a calibrar todos tus equipos para volver a operar bien la refinería”, explica Jaime Brito, un analista con sede en Houston y vicepresidente de la consultora Stratas Advisors. “Afectas y eso hace que reduzcas los porcentajes de utilización y produzcas incluso menos gasolina”.
Los planes de la administración federal se basan en reducir las exportaciones de petróleo a 435,000 barriles diarios durante este año y suspenderlas del todo una vez que entre en operación la refinería Dos Bocas, en Tabasco, en 2023. Por el momento, estas previsiones no han sido incluidas en los documentos de la Secretaría de Hacienda.
La previsión para este año implicaría una reducción drástica respecto a los envíos que actualmente tiene la petrolera. Su dato más reciente indica que durante 2021 las exportaciones alcanzaron un promedio de 1.018 millones de barriles al día.
Los datos de la EIA correspondientes a octubre pasado indican que al menos ocho compañías se verían impactadas por un cese de exportaciones, entre las que se están Valero, Marathon Petroleum, Chevron y Phillips 66. Las empresas fueron consultadas, pero declinaron dar comentarios.
La alta producción de combustóleo que ha registrado Pemex en los últimos años –a medida que ha aumentado su apuesta por subir el uso de sus refinerías– podría compensar algunas necesidades de la industria, aunque solo funcionaría para una fracción. Las refinerías estadounidenses han salvado las ventas de combustóleo de la estatal y elevaron su consumo a niveles históricos durante el año pasado.
"Nuestra experiencia ha sido que, a medida que aumentan las operaciones de las refinerías en México, aumentan la exportación de combustóleo de alto contenido en azufre, y eso es una buena materia prima para nuestro sistema de alta complejidad de la Costa del Golfo de Estados Unidos", dijo Gary Simmons, chief commercial officer de Valero, en su última conferencia con analistas, de acuerdo con la agencia Reuters.
Algunos analistas ya han advertido que la estatal podría enfrentar algunas sanciones derivadas de contratos de largo plazo si es que decide terminar con las exportaciones de crudo y que, de cesar los envíos, le podría ser complicado volver a ganar mercado si en algún momento opta de nueva cuenta por exportar su crudo.“Esas mismas refinerías que dependen de México pueden adaptarse a otros crudos y seguir corriendo, no exactamente igual, pero sí seguir corriendo para seguir sacando producto. Lo que sí va a pasar es que va a modificarse la dinámica del mercado y ahí el que va a perder es México”, dice un comercializador de crudo.
Los analistas esperan que, de concretarse, los primeros recortes impacten al mercado asiático, a donde Pemex envía crudo Istmo o ligero. La compañía retomó en diciembre de 2019 los envíos de esta mezcla, después de un tiempo de no hacerlo y ahora ya representan cerca del 20% de los envíos totales.
Pero el crudo ligero resulta más rentable, debido a que puede resultar en refinados de mayor calidad y menos combustóleo. Así, los primeros impactos podrían ser para algunos complejos de Corea del Sur e India, en donde la compañía ha concentrado sus envíos de crudo ligero en los dos últimos años.
En los últimos meses, la estatal ha optado por un mayor uso de crudo pesado para conformar la dieta de sus refinerías, debido a que se cotiza ligeramente por debajo del crudo ligero, de acuerdo con fuentes internas de la petrolera.