A principios de febrero, Farley explicó hasta qué punto las actividades eléctricas y térmicas se gestionaban de forma distinta, sobre todo en lo relativo a sus tiempos. Desde hacía semanas, corrían rumores en la Bolsa de que sus actividades acabarían separándose.
"Hemos hecho unos progresos inmensos en poco tiempo", explicó Farley el miércoles, citando los lanzamientos de la camioneta F-150 y del Mustang Mach-E. "Pero nuestra ambición es volver a ser una gran empresa que cambie el mundo, y eso requiere concentración".
"Nos lanzamos a fondo, creando empresas separadas pero complementarias que nos den la rapidez de una empresa emergente y el sentido de la innovación desenfrenada con Model e, mientras que Ford Blue contará con la pericia industrial, volúmenes de venta y modelos icónicos como Bronco, algo con lo que las empresas emergentes solo pueden soñar".
El grupo también anunció que incrementaba algunos de sus objetivos a largo plazo: pretende producir dos millones de vehículos eléctricos al año para 2026, es decir, un tercio de su producción mundial. Para 2030, quiere que la mitad de su producción sean autos eléctricos.
Además, duplicará sus inversiones en el sector eléctrico a partir de 2022, hasta los 5,000 millones de dólares. Ford prevé registrar un margen operativo del 10% para 2026, incrementando sus ventas, "mejorando" el coste de los vehículos eléctricos y bajando "significativamente" los costes del sector térmico, hasta los 3,000 millones de dólares.
El grupo Renault también anunció en febrero que estaba estudiando separar sus operaciones, con una organización centrada en los autos eléctricos en Francia y otra dedicada a los vehículos térmicos en el extranjero.