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¿Cómo será el futuro sin autos a gasolina?

El modelo de negocio automotriz se transformará con la masificación de los autos eléctricos. El número de gasolineras también podría reducirse conforme los clientes instalen cargadores en casa.
jue 22 julio 2021 05:00 AM
Motores
Un eléctrico tiene entre 30% y 40% menos componentes que uno de combustión interna, lo cual hace menos compleja su fabricación y mantenimiento.

Los vehículos de combustión interna parecen tener sus días contados.

Las regulaciones cada vez más restrictivas sobre emisiones y eficiencia de combustible en todo el mundo están obligando a los fabricantes de automóviles a lanzar vehículos a batería que les permitan ajustarse a esas restricciones y han anunciado un torbellino de planes y plazos para llevar más autos eléctricos al mercado.

General Motors, Ford, Volkswagen, Nissan y Toyota tienen estrategias detalladas para electrificar gran parte de sus flotas durante la próxima década, mientras que otras marcas, como Mini, Jaguar Land Rover, Volvo y Audi, han anunciado que dejarán de vender modelos a gasolina o diésel en la siguiente década.

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Aunque estos anuncios se han dado a escala global, alcanzarán al mercado mexicano en los años próximos: las plantas tendrán que transformarse para producir los nuevos modelos a baterías, nuevas tecnologías serán requeridas mientras que otras quedarán obsoletas, nuevos proveedores llegarán y otros inevitablemente se quedarán en el camino. Las gasolineras tendrán que transformarse en centros de recarga multiservicio, mientras que los talleres mecánicos dejarán de hacer “afinaciones de motor” para enfocarse en dar mantenimiento o recambio de las baterías.

Varias preguntas surgen alrededor de cómo la desaparición de los centenarios motores de combustión transformará a la industria automotriz.

¿Cerrarán las plantas que ahora producen vehículos a gasolina?

Más que el cierre de plantas, se espera que los fabricantes de vehículos inviertan millonarias sumas para adaptar sus líneas actuales. Montos que incluso serán similares a los requeridos en años pasados para levantar complejos enteros. Tal es el caso de General Motors y Ford, que han anunciado inversiones cercanas a los 1,000 millones de dólares para transformar algunas de sus plantas de autos de combustión en México en otras capaces de producir eléctricos.

¿Están preparados los proveedores para enfrentar esta transición?

No es la primera vez que los proveedores de una industria tienen que evolucionar para sobrevivir a un cambio tecnológico. Miles de empresas cerraron cuando los celulares prácticamente acabaron con las cámaras fotográficas, o cuando las computadoras enterraron a las máquinas de escribir.

En México hay más de 700 plantas de proveedores Tier 1 que abastecen a unas 35 fábricas de vehículos, tanto ligeros como pesados. "Algunos ya están haciendo una migración para participar tanto en el ensamble de vehículos a gasolina como en el de eléctricos. Eso es algo que eventualmente todos los proveedores tendrán que hacer para seguir en esta industria", cuenta Manuel Montoya, director del Clúster Automotriz de Nuevo León.

Algunos proveedores en México, como Metalsa y Nemak, ya han empezado a invertir en líneas de producción que puedan acomodar ambos tipos de componentes, tanto para vehículos de combustión como para eléctricos. “Esto significa que vamos a tener que invertir en nuevas líneas y sostener las actuales", añade Jorge Garza, director general de Metalsa.

¿Qué va a pasar con las gasolineras?

El fin de las estaciones enfocadas en la venta de gasolina aún está lejos. Los empresarios gasolineros aún no encuentran en las electrolineras –como se les conoce a las estaciones de recarga de autos eléctricos– un modelo de negocio viable, debido a que el parque vehicular de este tipo de autos aún es muy reducido. En México, los vehículos electrificados representaron 2.5% de las ventas totales en 2020.

Por ahora, las estaciones de recarga se conciben más como un servicio para atraer a los clientes propietarios de modelos de baterías, que como una apuesta de negocio, dicen los especialistas. La mayoría de las electrolineras hasta ahora existentes en el país han sido desarrolladas por gobiernos, centros comerciales o las propias automotrices, que encuentran en las estaciones un incentivo más para la venta de sus autos.

“Sí está creciendo la figura (de electrolineras), pero para fomentar el uso de los autos eléctricos y no tanto como un negocio. Aquí no hay un modelo de negocio que involucre poner una electrolinera y cobrar. Por ahora, lo que tenemos son centros de carga gratuitos para quienes hayan comprado autos eléctricos”, dice Alejandro Montufar, el director de Petro Intelligence, una consultora del sector. “No es un negocio, más bien es un servicio complementario que es dado por otro giro de negocio”.

Grandes compañías petroleras, como Total, ya han comenzado con sus planes de incluir las electrolineras dentro de sus complejos de venta. La compañía de origen francés cuenta con una estación de servicio en la Ciudad de México en la que ha instalado un centro de recarga para autos eléctricos y está desarrollando otro proyecto similar en Valle de Bravo, en el Estado de México.

Pero la mayoría de las empresas que llegaron con la apertura del mercado continuarán con un foco en las estaciones de combustible, al considerar que aún existe demanda suficiente para seguir creciendo su negocio de venta de gasolinas, como es el caso de la estadounidense ExxonMobil. "Nosotros estamos enfocadísimos en proveer lo que la sociedad requiere y aquí en México la sociedad requiere combustibles. En eso estamos enfocados", ha dicho en una entrevista reciente Fabio Radelli, director de combustibles de la empresa estadounidense.

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¿Y entonces cómo cambiará el negocio de las gasolineras?

Si bien las electrolineras aún no son consideradas como una oportunidad en lo individual, las estaciones de combustibles encontrarán en ellas un complemento de su negocio. Y en los próximos años habrá cada vez más gasolineras instalando estaciones de carga de autos eléctricos.

Por ahora, están girando hacia un modelo holístico, en el cual la venta de gasolina solo se sitúa como el negocio principal, pero no como la única fuente de ingresos, en el camino de ir perdiendo la dependencia que tienen a los combustibles como su principal fuente de ventas.

"Lo que estamos viendo ahora es la evolución de este modelo híbrido que podemos encontrar en lugares como Europa, en donde se tiene el centro de carga al lado de las bombas de gasolinas y la visión que se tiene del sector es que la estación de servicio va a ser un centro de soluciones. Ya no solo se cargará gasolina, sino que podrá solucionar otras necesidades, entre ellas la recarga de un vehículo eléctrico", dice Javier Díaz, director de GasGas App, una aplicación que ayuda a los conductores a conocer las diferentes opciones de estaciones para recargar combustible.

¿Desaparecerán los talleres mecánicos?

Un vehículo eléctrico tiene entre 30% y 40% menos componentes que otro de combustión interna, lo cual hace menos compleja su fabricación y mantenimiento, comparado con un automóvil tradicional de gasolina, según estimaciones de Ford y varios expertos de la industria.

El motor de gasolina tradicional tiene pistones y sistemas de inyección de combustible que requieren de aceites y de otros sistemas de enfriamiento para funcionar correctamente. Pero un motor eléctrico no necesita nada de eso. “Mientras que un motor convencional tiene 500 partes, un eléctrico tiene solo 50 porque es más simple y pequeño”, explica Enrique Araiza, director de Manufactura de Ford de México. El fabricante estadounidense ya fabrica un modelo eléctrico en el país y próximamente sumará otro.

También las transmisiones son menos complejas. Los eléctricos funcionan con una caja de cambios, de una o dos marchas, que impulsa las ruedas y que, según Araiza, tiene 10 veces menos componentes.

Para Svein Azcué, director de Mopar México, que es la marca de refacciones de Stellantis, esto representará un reto para las áreas de servicio de los concesionarios, que en algunos casos generan la mitad de los ingresos del negocio. La otra mitad proviene de los pisos de venta.

“Estamos desarrollando baterías modulares a las que se les pueda dar servicio. En lugar de cambiar toda la batería podrás ir al taller para que reparen una celda dañada. En el futuro, en vez de cambiar motores, vamos a cambiar módulos de baterías”, explica.

¿Los coches de gasolina podrán seguir circulando una vez que los gobiernos prohíban su venta?

Una decena de países han anunciado ya una fecha para prohibir la venta de los vehículos a gasolina. Japón prohibirá los autos con motor de combustión interna para 2030, igual que Reino Unido. China se está planteando hacerlo a partir de 2060, mientras que la Comisión Europea propuso recientemente prohibir la venta de vehículos nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035.

Esto no significa que, llegada esa fecha, los modelos con motor de combustión vendidos durante estos años ya no podrán circular. Ambas tecnologías coexistirán en los siguientes años mientras la flota actual llega al final de su vida útil. En aquellos países donde haya subsidios que impulsen la sustitución de los modelos de combustión por los nuevos eléctricos la transición será más rápida. En otros, cuyas economías están fuertemente ligadas al petróleo, tomará más tiempo.

En México hay una flota vehicular de 50 millones de unidades, entre autos, camiones, autobuses y motocicletas. Y de éstas, menos del 1% son eléctricas. “Yo estimo que en México aún veremos circulando modelos a gasolina hasta 2050, incluso hasta 2060”, dice Nazareth Black, CEO de Zacua, una marca mexicana que produce vehículos eléctricos.

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