¿Y entonces cómo cambiará el negocio de las gasolineras?
Si bien las electrolineras aún no son consideradas como una oportunidad en lo individual, las estaciones de combustibles encontrarán en ellas un complemento de su negocio. Y en los próximos años habrá cada vez más gasolineras instalando estaciones de carga de autos eléctricos.
Por ahora, están girando hacia un modelo holístico, en el cual la venta de gasolina solo se sitúa como el negocio principal, pero no como la única fuente de ingresos, en el camino de ir perdiendo la dependencia que tienen a los combustibles como su principal fuente de ventas.
"Lo que estamos viendo ahora es la evolución de este modelo híbrido que podemos encontrar en lugares como Europa, en donde se tiene el centro de carga al lado de las bombas de gasolinas y la visión que se tiene del sector es que la estación de servicio va a ser un centro de soluciones. Ya no solo se cargará gasolina, sino que podrá solucionar otras necesidades, entre ellas la recarga de un vehículo eléctrico", dice Javier Díaz, director de GasGas App, una aplicación que ayuda a los conductores a conocer las diferentes opciones de estaciones para recargar combustible.
¿Desaparecerán los talleres mecánicos?
Un vehículo eléctrico tiene entre 30% y 40% menos componentes que otro de combustión interna, lo cual hace menos compleja su fabricación y mantenimiento, comparado con un automóvil tradicional de gasolina, según estimaciones de Ford y varios expertos de la industria.
El motor de gasolina tradicional tiene pistones y sistemas de inyección de combustible que requieren de aceites y de otros sistemas de enfriamiento para funcionar correctamente. Pero un motor eléctrico no necesita nada de eso. “Mientras que un motor convencional tiene 500 partes, un eléctrico tiene solo 50 porque es más simple y pequeño”, explica Enrique Araiza, director de Manufactura de Ford de México. El fabricante estadounidense ya fabrica un modelo eléctrico en el país y próximamente sumará otro.
También las transmisiones son menos complejas. Los eléctricos funcionan con una caja de cambios, de una o dos marchas, que impulsa las ruedas y que, según Araiza, tiene 10 veces menos componentes.
Para Svein Azcué, director de Mopar México, que es la marca de refacciones de Stellantis, esto representará un reto para las áreas de servicio de los concesionarios, que en algunos casos generan la mitad de los ingresos del negocio. La otra mitad proviene de los pisos de venta.
“Estamos desarrollando baterías modulares a las que se les pueda dar servicio. En lugar de cambiar toda la batería podrás ir al taller para que reparen una celda dañada. En el futuro, en vez de cambiar motores, vamos a cambiar módulos de baterías”, explica.
¿Los coches de gasolina podrán seguir circulando una vez que los gobiernos prohíban su venta?
Una decena de países han anunciado ya una fecha para prohibir la venta de los vehículos a gasolina. Japón prohibirá los autos con motor de combustión interna para 2030, igual que Reino Unido. China se está planteando hacerlo a partir de 2060, mientras que la Comisión Europea propuso recientemente prohibir la venta de vehículos nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035.
Esto no significa que, llegada esa fecha, los modelos con motor de combustión vendidos durante estos años ya no podrán circular. Ambas tecnologías coexistirán en los siguientes años mientras la flota actual llega al final de su vida útil. En aquellos países donde haya subsidios que impulsen la sustitución de los modelos de combustión por los nuevos eléctricos la transición será más rápida. En otros, cuyas economías están fuertemente ligadas al petróleo, tomará más tiempo.
En México hay una flota vehicular de 50 millones de unidades, entre autos, camiones, autobuses y motocicletas. Y de éstas, menos del 1% son eléctricas. “Yo estimo que en México aún veremos circulando modelos a gasolina hasta 2050, incluso hasta 2060”, dice Nazareth Black, CEO de Zacua, una marca mexicana que produce vehículos eléctricos.