El eventual crecimiento de corredores industriales actuales, e incluso la creación de nuevos, representa una particular oportunidad para una industria hotelera que, si bien ha visto una fuerte recuperación en el segmento vacacional –sobre todo en México–, también ha padecido la caída del mercado de viajes de negocios, que incluso se espera que no regrese en los mismos niveles que antes de la pandemia debido a un cambio estructural derivado del auge de plataformas como Zoom, entre otros factores.
Para Richard Katzman, director general de la consultora HVS en México, la hotelería de negocios tiene el potencial de elevar el portafolio de proyectos en desarrollo del sector hotelero, específicamente a través de formatos orientados a categorías de alto consumo. “Sobre todo en los segmentos de limited service y select service tienen mayor potencial que esquemas como el full service, sobre todo en la Ciudad de México.
El potencial como parte de esta tendencia está estrechamente vinculado con el interés que ciertas industrias manufactureras muestren en diferentes áreas del país.
De acuerdo con un análisis de la consultora Newark, mientras la industria eléctrica y electrónica tiene el potencial de detonar inversiones hoteleras en mercados como Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez, la automotriz podría atraer más inversiones en la región del Bajío, e incluso otras industrias como la de instrumentos médicos y aeroespacial han hecho que los hoteleros volteen a regiones como Monterrey, Hermosillo y Querétaro.
Este potencial ha incrementado después de la firma del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y algunas presiones en las cadenas de suministro a nivel global, como la escasez de microprocesadores –que afectó particularmente a la manufactura electrónica y automotriz– y de contenedores, que encareció el transporte marítimo en todo el mundo.
“Una tormenta perfecta está cambiando el panorama global. De nuestro día a día hasta nuestra forma de trabajar y cómo el mundo percibe la hiperconectividad de la globalización”, dijo Sergio Pérez, director ejecutivo de servicios globales corporativos en Latinoamérica de Newmark.
Incluso, el crecimiento de México como un mercado para la ejecución de más investigación y desarrollo y el backoffice como parte de las tendencias de nearshoring y reshoring también hace atractivos a algunos de los mayores mercados urbanos del país, como la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, pero también otras ciudades como Querétaro y Mérida.
Para Nicolás Martínez, vicepresidente de desarrollo para Mexico, Centroamérica y el Caribe de la cadena hotelera francesa Accor, la oportunidad es crecer en un segmento que ofrece altas ocupaciones, de 70% hasta 85% en varios corredores cercanos a Estados Unidos.
“Sin duda los hoteles que tenemos en la frontera, hoy tienen un performance espectacular. Regiones como Ciudad Juárez, que dependen mucho del nearshoring, han tenido un buen desempeño”, explica el directivo. “Ahí vemos una oportunidad sobre todo en business class, en hoteles como la marca Ibis, Novo Hotel incluso, hoteles para los que podemos hacer desarrollos muy atractivos, porque sí hay mucha demanda”.
Aunque aún queda camino por recorrer, el entorno en el país no deja de ser prometedor. De acuerdo con un análisis de la consultora Deloitte, los menores costos de producción en México, así como su posición estratégica para el mercado estadounidense, lo convierten en una región prometedora para el crecimiento del nearshoring y reshoring.
“México está estratégicamente posicionado si este escenario se hace realidad. A medida que el país ofrece proximidad a Estados Unidos, una fuerza laboral joven con salarios competitivos y un rango de acuerdos comerciales con más de 40 países, estas ventajas no pueden ser ignoradas”.