Martínez explica que lo que conocen del anteproyecto, que califica como histórico, se ha orientado a regular el uso lúdico de la planta (sin intención de vender), con lo que se invisibiliza el uso industrial cannabis, que puede abarcar la fabricación de textiles, material de construcción, biocombustibles, suplementos alimenticios o cosméticos, entre otros.
Si bien en el anteproyecto se consideran los permisos para cultivar cannabis para uso lúdico, también es necesario que se ponga el ojo en el resto de la cadena productiva, ya que esto puede hacer la diferencia para que México se convierta en un lider de este incipiente sector a nivel mundial.
“Los cultivadores mexicanos deberían ser considerados para las licencias de cultivo psicoactivo, que incluye la preparación, siembra y cosecha, hasta los de grado farmacéutico, que ellos tendrían ya que tener licencias activas. Estamos muy tarde en todo y ante la omisión legislativa lo que está sucediendo es que los cultivadores de todas formas lo hacen porque se está normalizando, pero no han podido traspasar a la legalidad”, opina Martínez.
Por ahora, el 13 de abril la Asociación Indígena Productora de Cannabis de Oaxaca (AIPCO) entregó 26 autorizaciones sanitarias a personas indígenas, pueblos y comunidades originarias para el cultivo, cosecha de la planta de la marihuana y sus derivados medicinales. Estos permisos fueron otorgados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
En México, el valor de mercado del cannabis medicinal puede superar los 1,300 millones de dólares para 2028, mientras que el cannabis recreativo puede sumar 655 millones de dólares ese año, según cálculos de la consultora Statista.
¿En dónde está parado México?
En marzo de 2015, la Corte otorgó un amparo para que las autoridades sanitarias permitieran importar a los padres de una niña que padece una forma grave de epilepsia un medicamento hecho a base de cannabis como tratamiento para su hija. Desde entonces, en México hay avances en el uso del cannabis medicinal, pero aún falta camino por recorrer.