Los criterios ESG han cobrado relevancia dentro de las fórmulas financieras tradicionales y de creación de valor de las compañías, a medida de que los grandes fondos e inversionistas agregan el comportamiento responsable de las empresas a sus métricas de valor para la toma de decisiones. “Los indicadores de generación de valor, como la rentabilidad o el patrimonio, ya no son suficientes para estimar el valor de las empresas”, dice México Evalúa en el texto.
En una muestra más acotada, que toma en cuenta sólo compañías de propiedad estatal y con una estructura vertical –como la que tiene CFE al participar en todos los segmentos de la cadena de valor–, la eléctrica mexicana ocupa el segundo puesto de un listado de 12 empresas, sólo rebasada por la sudafricana-ugandesa Eskom Holdings SOC Limited, que ha arrojado un puntaje de 67.9.
Una diferencia importante entre la estatal mexicana y el resto de las compañías comparables es que la CFE no cuenta con un ningún reporte de sostenibilidad bajo una metodología de riesgos ESG.
Las investigadoras de México Evalúa señalan en su reporte que la falta de transparencia y de documentos relacionados con las estrategias y cumplimientos de metas ESG ha dificultado la evaluación de la compañía. Y eso mismo podría ocurrir a los inversores o las agencias de calificación de riesgo.
La estatal CFE, que por su naturaleza estatal es la compañía eléctrica que más gases de efecto invernadero genera en el país, ya ha dado algunos pasos hacia delante, pero el ritmo de avance podría no ser suficiente. En enero pasado publicó un documento en el que traza sus primeros ejes de una política basada en criterios ESG, ha incorporado metas de reducción de gases de efecto invernadero y ha incluido en su último plan de negocios el mandato de impulsar nuevos proyectos de generación limpia y renovable.
Pero a diferencia de la otra empresa estatal, Pemex, la compañía eléctrica aún no tiene reportes de indicadores de parámetros ESG u otros que permitan conocer su desempeño en cuanto a su política de sostenibilidad.
“Salta a la vista que aunque existen algunos esfuerzos en pro del medio ambiente, la CFE carece de una política de sostenibilidad estructurada y robusta que pueda hacer frente a los retos actuales y evidencie un progreso sistemático, lo que impacta en la responsabilidad corporativa de la empresa”, dice la organización en el texto presentado este martes.
El impulso de una política que tenga como uno de los ejes principales los criterios de cuidado al medio ambiente y de gobernanza va en sentido contrario del camino emprendido por el gobierno federal para aumentar la generación de energía vía combustibles fósiles en pro de aumentar la participación estatal y aliviar el alto precios de los combustibles, como el gas.