Ayer miércoles el petróleo Brent cerró en 118.98 dólares y el WTI en 115.31 dólares por barril.
Algunas otras instituciones financieras, como Citi, tienen expectativas más conservadoras, pero también por encima de sus previsiones iniciales. El banco prevé que el Brent alcance una cotización de 120 dólares por barril y el WTI de 119 dólares por barril durante el verano.
El resto de las mezclas de petróleo, como la mexicana de exportación, suelen seguir la dinámica del Brent y del WTI. Siguiendo estos supuestos, la mezcla mexicana podría cotizarse entre los 129 y los 134 dólares por barril durante el verano –o el tercer trimestre del año–, según las previsiones de Banco Base.
Combustible más caro, productos más caros
La mezcla mexicana alcanzó su nivel más alto en julio de 2008, cuando cotizó en 132.71 dólares por barril, según los registros del Banco de México. En este año el petróleo mexicano alcanzó su nivel más alto en marzo, a 119.62 dólares por barril y ayer cerró en 110.92 dólares por barril.
Los bancos y analistas argumentan que este aumento en el precio es necesario para limitar la demanda y devolver la dinámica de equilibrio al mercado durante el año próximo, después de que en los momentos más álgidos de la pandemia la demanda descontroló el mercado, las compañías redujeron sus inversiones y cerraron pozos, y ahora la guerra en Europa del este ha levantado los temores de un desabasto.
Y sobre las causas: los bancos han alzados sus previsiones por el embargo a las exportaciones rusas –la Unión Europea recién prohibió las importaciones rusas mediante barco–, lo que limitará aún más la oferta de crudo mundial; China ha aumentado de nueva cuenta su demanda tras los cierres para intentar controlar un nuevo brote de Covid y un retraso en el retiro de las sanciones a Irán, que se han postergado de manera recurrente.
Un aumento en la producción de Arabia Saudita podría aliviar los temores de una falta de crudo. El presidente estadounidense Joe Biden visitará en julio próximo el país a petición del príncipe saudí Mohamed bin Salmán, pero hasta ahora no ha habido ningún anuncio importante sobre ello y un aumento acelerado en la producción saudí podría poner en riesgo a sus activos en un largo plazo.
Ana Azuara, analista de Banco Base, dice que es usual que durante el tercer trimestre del año –que coincide con el verano– el precio del petróleo registre un aumento, lo que se explica por una mayor demanda de combustibles para usos como el transporte y la calefacción. La presencia de huracanes en el sur de Estados Unidos –en estados como Texas o Luisiana– también obligan, en ocasiones, a los productores a cerrar sus plataformas y ello reduce la oferta.
“No quiere decir que todo el trimestre va a estar el precio alto, sí puede alcanzarlo si es que se conjuntan estas cosas”, explica.
Un aumento en el precio del crudo traería consigo precios más altos en los combustibles y presiones inflacionarias. Muchos gobiernos, como el mexicano, han reducido la carga fiscal a las gasolinas y, aunque eso ha ayudado a reducir los niveles de inflación, ha provocado que se mantenga el nivel de consumo y eso no ha sido de utilidad con una restricción en la oferta mundial de crudo.