El decreto, que entra en vigor el próximo 15 de enero, establece que la venta se realizará a través de una lista textual y escrita de estos productos con sus precios, sin logotipos, sellos o marcas. Además, la publicidad y difusión de productos de tabaco estará prohibida por cualquier canal y en sus modalidades directa o indirecta.
Los cambios en la reglamentación también consideran medidas para que centros de trabajo, transporte público, escuelas, sedes de espectáculos, hoteles, estadios, plazas comerciales, playas, parques o lugares donde hay niñas, niños y adolescentes, sean libres de humo.
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Para British American Tobacco, Philip Morris International y Japan Tobacco International, el decreto se excede en sus prohibiciones y limitaciones e incumple con los tiempos establecidos para la consulta pública en la Ley de Mejora Regulatoria.
“Es un reglamento que atenta contra los derechos de los consumidores adultos, especialmente el derecho a la información clara para tomar decisiones libres al momento de adquirir productos, además de excederse en lo que la propia ley señala”, concluyen.
En octubre, cuando los cambios estaban en debate en el Congreso de la Unión, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), alertó que con la prohibición en la exhibición de productos de tabaco caerían las ventas de los pequeños comercios, además de incentivar la venta de productos pirata.
Las venta de cigarro en las tienditas representa el 25% de su ticket mensual por ventas directas e indirectas, pues los consumidores, a la hora de ir por una cajetilla de cigarros, terminan por comprar más productos, según la asociación.