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¿Por qué la inflación no es un obstáculo para los supermercados?

Pese a los problemas de inflacionarios, los ingresos de los supermercados batieron récords en 2022 y continuarán creciendo este año.
vie 21 abril 2023 09:22 AM
Los compradores priorizan la compra de productos básicos.
Ahora, los compradores prefieren ir al piso de ventas, que a su vez, los ha llevado a ver a las marcas propias como una opción para ahorrar, sobre todo en los productos básicos, como arroz, frijol o papel higiénico.

Los consumidores mexicanos no son ajenos a las alzas de precios, pero las cajas registradoras de los supermercados no dejan de abrirse.

En México, las ventas de las unidades de Walmart con más de un año de operación, conocidas como mismas tiendas, crecieron 10.2%, mientras que las consolidadas, es decir, las que se inauguraron en el último año, se elevaron 11.4%.

La Comer creció sus ventas mismas tiendas 9.2%, mientras que las consolidadas aumentaron 15.7%, en su comparación anual.

En tanto, las ventas consolidadas de Chedraui aumentaron 16% y las de Soriana 6.9%, las empresas no detallaron el avance de sus ventas mismas tiendas en su último reporte financiero.

Los especialistas consultados prevén que la tendencia positiva que las empresas registraron en 2022, continúe durante este año. “Viene nuevamente una temporada de reportes positiva, en donde no se notó la presión inflacionaria y el consumo se mantuvo”, dice Marisol Huerta, analista bursátil del grupo financiero Ve por Más.

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Ajustes en los carritos

Los compradores viven cambios en su entorno, y, tras la pandemia, al regresar a las tiendas se encontraron con que la presión inflacionaria. “Es un efecto latigazo. El consumidor dejó de preocuparse por su salud, para salir a preocuparse por su entorno económico, como sus ingresos”, dice Carlos Martínez, office head de México y Centroamérica de Bain & Company.

Ahora, añade Jorge Senties, especialista en mercado de consumo en PwC, los consumidores toman decisiones de compra más informadas, pero con los precios altos. El consumo se enfoca en productos esenciales y, aunque las personas no cambia las marcas o productos en los que perciben un mayor valor de mercado, en aquellos básicos sí pueden optar por cambiar a alguno de menor precio.

“El consumidor cambió de hace tres años a hoy. Ya es muy diferente y eso también se vincula con la forma en cómo ha cambiado las cotidianidades de la vida con la nueva normalidad”, dice. “Se está dando un regreso balanceado al consumo entre productos y experiencias, es lo que busca la generación Z”, dice.

El crecimiento de las marcas propias

Con la priorización del gasto, las compras de supermercado por delivery fue una de las tendencias que apagaron su furor, de acuerdo con el especialista. Ahora, los compradores prefieren ir al piso de ventas, que a su vez, los ha llevado a ver a las marcas propias como una opción para ahorrar, sobre todo en los productos básicos, como arroz, frijol o papel higiénico.

Las marcas propias, que tienen una participación cercana al 15% en las ventas de las cadenas, van a mantener su dinamismo y aún tienen espacio para crecer, aunque es posible que tengan una desaceleración conforme se recupere la economía de las familias.

“Las marcas blancas aún no están tan desarrolladas, su penetración es baja y, aunque probablemente tenga una desaceleración, su ganancia se va a quedar”, dice Carlos Martínez. “Hay una expectativa de recuperación económica, es lo que el consumidor cree que va a pasar, y este sentimiento de recortar el gasto es temporal más que coyuntural”, concluye.

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