Hasta antes de que iniciará el sexenio, Pemex pagaba un DUC de 65% que se fue reduciendo de manera paulatina hasta un 35% que estaba planeado para este año. Pero ahora, por decreto presidencial, el pago será nulo desde el último trimestre del año y al menos durante este 2024.
El anuncio se dio apenas unos días después de que la calificadora Moody's hundió aún más la nota de la petrolera. La agencia criticó la alta dependencia de la estatal a los apoyos federales y su negativa por cambiar la estrategia basada en la producción de refinados del petróleo, el gran desembolso a la construcción de Dos Bocas y la baja inversión para recuperar reservas de crudo.
“Está claro que el apoyo adicional del gobierno a Pemex es positivo para la empresa. Pero desde una perspectiva gubernamental, esto se suma a la pérdida de ingresos que ya han acumulado y a la reducción del deber de participación en los beneficios de Pemex”, menciona Aaron Gifford, un analista senior de T. Rowe Price, uno de los mayores tenedores de bonos de la petrolera. “Con el déficit fiscal proyectado para este año y el creciente apoyo a Pemex, la administración entrante tendrá que tomar decisiones muy difíciles para que las finanzas estatales vuelvan a un nivel más cómodo, incluso tal vez a través de una reforma tributaria”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este miércoles que la deuda de la estatal cerró de manera preliminar por encima de los 106,000 millones de dólares.
Los inversionistas están seguros de que el gobierno federal no dejará de apoyar a la petrolera, pero se dicen preocupados porque ya no hay más espacio fiscal para aumentar las aportaciones patrimoniales. “El país, como federación, no puede ofrecer otro rescate más a Pemex, ya no hay espacio en las arcas públicas. De necesitarlo, se necesitaría un financiamiento privado”, dice Julián Fernández, un analista independiente.
El jefe de análisis de otro banco que ha dado créditos a la petrolera menciona que sus estimaciones dictan que el gobierno federal ha otorgado alrededor de 80,000 millones de dólares de apoyos financieros a la petrolera. Una cifra apenas por debajo de la deuda con la que de manera preliminar habría cerrado el año pasado, apenas por encima de los 106,000 millones de dólares. “Por supuesto que es importante que haya este tipo de anuncios, pero lo mejor sería que el gobierno asumiera el rescate total de la empresa. Aunque suene radical, creemos que le sería más conveniente al gobierno federal que incluso hacer estos pequeños apoyos que parecen que, hasta ahora, no han tenido grandes impactos”, dijo en condición de anonimato.
En general, los inversionistas sostienen que el reciente anuncio del gobierno federal sobre la exención de pagos a la compañía estatal Pemex no ha alterado su percepción. Tres de ellos afirman que ya habían previsto esta medida y que no les tomó por sorpresa.
Pero “es solo un paliativo”, dice uno de los inversionistas. Los entrevistados coinciden en que esta medida servirá para que el flujo de efectivo de la compañía sea cero, en lugar de negativo y para que la estatal pueda cumplir con sus tenedores de deuda sin tener que recurrir al mercado y con ello a grandes tasas de intereses.
“Dado que el punto de partida es relativamente saludable con una deuda pública moderada como porcentaje del PIB, no estoy haciendo sonar las alarmas. Pero, con las cuentas fiscales en la dirección equivocada en el pico del ciclo económico y durante un año electoral ocupado tanto en México como en Estados Unidos, creo que los inversionistas debemos ser cautelosos aquí”, apunta Gifford.