Históricamente, las industrias y cadenas de valor que el proyecto busca atraer han estado concentradas en el norte y el Bajío del país, lo que implica un esfuerzo significativo para atraer inversiones.
En este sentido, el Gobierno Federal ha implementado incentivos fiscales, como descuentos en el ISR e IVA. Sin embargo, el desarrollo de mano de obra calificada en la región es otro reto crucial. Se planea que las empresas propongan planes de estudio adaptados a las habilidades requeridas en los procesos productivos de los futuros parques industriales.
"No esperamos que el corredor surja de la noche a la mañana. Queremos preparar a las personas, porque las empresas son formadas por individuos. Estamos en el momento oportuno y reconocemos que el desarrollo no puede suceder sin la colaboración de las instituciones académicas. Nuestro objetivo es asegurar que el desarrollo se arraigue en la región del Istmo de Tehuantepec", afirmó Raúl Ruíz Robles, secretario de desarrollo económico de Oaxaca.
El CIIT atraviesa un total de 46 municipios entre Veracruz y Oaxaca, afectando hasta 2.4 millones de personas, lo que también destaca la importancia de abordar las preocupaciones relacionadas con la seguridad.
Antonio Arranz, CEO de DHL, destaca problemas como los bloqueos frecuentes en las vías de tren de Michoacán, utilizados como protesta social, los cuales terminan afectando gravemente las operaciones logísticas en la región.
Aunque enfatiza la importancia de contar con infraestructura adecuada, como un suministro energético suficiente y preferiblemente limpio, subraya que "lo principal para que funcione el CIIT es la seguridad". Esto es especialmente relevante si se planea transportar mercancías de alto valor o llevar a cabo procesos productivos sensibles.
"No queremos que un bloqueo como el que ocurre en Michoacán obstaculice nuestras operaciones durante días", comenta Arranz. "Si el Corredor Interoceánico pretende ser el motor de desarrollo que aspira ser, debe garantizar operaciones sin interrupciones debido a problemas sociales. Este es un desafío delicado debido a la interacción con múltiples comunidades; los gobiernos estatales deben realizar un trabajo exhaustivo en terreno para evitar complicaciones".
Un proyecto que unirá dos océanos
El proyecto también busca convertirse en un cruce logístico estratégico que conecte el Océano Pacífico y el Atlántico, lo cual sería atractivo para navieras a nivel internacional. Sin embargo, la infraestructura portuaria aún no está completamente desarrollada.
Se espera que una vez completado el proyecto, los puertos puedan recibir buques Post-Panamax capaces de transportar entre 10,000 y 15,000 contenedores, con la meta de movilizar hasta un millón y medio de contenedores anualmente en un plazo de siete a 10 años. No obstante, se reconoce que llevará tiempo desarrollar toda la infraestructura necesaria para hacer realidad estas ambiciones.
"Es alentador que el nuevo gobierno continúe con las inversiones necesarias", añade Arranz. "Aunque apenas estamos en las primeras etapas con la construcción del rompeolas, aún queda mucho por hacer en términos de infraestructura de contenedores. Esto será fundamental para que el proyecto sea verdaderamente transformador para México y la región", concluye.