La próxima administración de Claudia Sheinbaum, del partido oficialista Morena, enfrenta un panorama desafiante en su intento por cumplir con los 100 puntos de campaña, especialmente en lo que respecta al desarrollo de nuevas rutas de tren. El sector ferroviario en México, revitalizado bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, presenta incógnitas y desafíos que podrían dificultar la realización de estos ambiciosos proyectos.
Durante la gestión de López Obrador, el transporte ferroviario de pasajeros resurgió como una prioridad. En noviembre pasado, un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación declaró al transporte ferroviario de pasajeros como un área prioritaria para el desarrollo nacional. Sin embargo, el corto plazo otorgado a las empresas del sector para presentar planes que integraran el transporte de pasajeros con el de carga generó tensiones y solicitudes de prórroga por parte de actores clave como Canadian Pacific Kansas City (CPKC) y Grupo México Transportes.
Estas empresas han dicho que están dispuestas a colaborar, pero los detalles del modelo de negocio, las responsabilidades específicas y la financiación de los subsidios necesarios aún no se han definido. El presidente López Obrador propuso reformas constitucionales que, de aprobarse, permitirían al Estado retomar el uso de vías ferroviarias para el transporte de pasajeros y agregar la figura de “asignación” a empresas públicas o concesionarias privadas.