Los vehículos producidos en México no sólo se destinan al mercado norteamericano, sino que también encuentran demanda en otras regiones del mundo", explica Rosales. Esta estrategia ha permitido a las plantas armadoras instaladas en el país integrarse más competitivamente en mercados con poder adquisitivo similar, como los de Norteamérica, India y Brasil.
En los primeros seis meses del año, la producción automotriz en México alcanzó aproximadamente 1.9 millones de vehículos, marcando un aumento interanual del 5.2%. Este crecimiento se ve impulsado principalmente por las exportaciones, que han incrementado un 10.6% en el mismo período, destacándose Estados Unidos como destino principal con el 80% de las exportaciones totales.
A medida que las automotrices que operan en el país continúan adaptándose a un entorno globalizado, la estrategia de importación de vehículos complementarios se consolida como una práctica común. No obstante, la estrategia que sigue cada marca es diferente.
Empresas como Nissan han consolidado su presencia en México con modelos ensamblados localmente como el Versa y la NP300, aunque aproximadamente el 70% del total de su producción se destina a la exportación. De enero a junio de este año, Nissan ensambló en México 340,358 vehículos, de los cuales aproximadamente 238,423 unidades se exportaron, según datos del Inegi.
En contraste, General Motors (GM) ha optado por importar el 70% de las unidades que vende en el país desde China, aprovechando los menores costos de manufactura en el mercado asiático.
"Por ejemplo, General Motors, que es el principal exportador a Estados Unidos, genera créditos por esa exportación, lo que le permite importar productos de China, Corea e India sin aranceles, aprovechando su acumulación de créditos", dice Eric Ramírez, director de Urban Science para América Latina.
En el primer semestre del año, GM produjo 431,764 unidades, de las cuales 401,038 unidades, aproximadamente el 90%, fueron destinadas a mercados externos, según datos de Inegi.