Y así quedó asentado en el primer discurso que ha dado este lunes como próximo director de la estatal: remarcó la importancia de Pemex en las finanzas, dijo que la refinación de combustibles seguirá siendo la prioridad y ha dado continuidad al discurso sobre una apertura con cautela hacia los privados, pero con la predominancia intocable de Pemex.
Sobre si en el siguiente sexenio se continuará con las inyecciones de capital y con la ayuda fiscal a la petrolera estatal decidió no pronunciarse. La presidenta electa tampoco lo hizo. Pemex ha recibido más de 70,000 dólares en apoyos desde el gobierno federal durante el sexenio de López Obrador. Las calificadoras y los analistas esperan que eso continúe. De no ser así, las finanzas públicas y las de la petrolera podrían quedar en grandes aprietos.
“Ninguna empresa en el mundo ha sido tan importante para un país como Petróleos Mexicanos”, dijo esta mañana. “Vamos a trabajar con nuestros propios recursos nacionales”, comentó un poco más tarde en la que fue la casa de campaña de Sheinbaum Pardo.
En estas frases, dicen los analistas consultados, se encierra la idea de continuidad con la que se manejará Pemex, que sigue siendo la empresa estatal más endeudada del mundo, aunque ha reducido su deuda en alrededor de 6,000 millones de dólares en comparación con la cifra registrada a finales de 2019.
"Escucho mucha continuidad en la parte discursiva. Creo que hay muchos elementos retóricos que utilizó esta administración (la que está a punto de dejar Octavio Romero Oropeza), como la soberanía y la justicia energética. Creo que discursivamente será muy similar a lo que hemos visto. Lo que quizás sea distinto es la ejecución y eso lo podemos ver un poco por los temas que mencionó”, dice Víctor Gómez Ayala, un académico e investigador del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO).
Como diferenciador discursivo, Rodríguez Padilla ha hecho hincapié en la probable incursión de Pemex en el mercado de energías renovables y a la explotación de litio, la apertura a algunos negocios con privados y ha dado una meta más realista respecto a la producción de crudo. Ha situado como objetivo –uno ya mencionado previamente por Sheinbaum Pardo– la producción de 1.8 millones de barriles de petróleo, muy por debajo de la promesa de los 2.6 millones de barriles dada al inicio del sexenio obradorista y que jamás fue cumplida.
El académico, especialista en economía de la energía, recibirá un Pemex con una producción de petróleo en declive. En julio pasado –el último dato publicado– la estatal produjo poco más de 1.4 millones de barriles diarios de petróleo, la cifra más baja en lo que va del sexenio y en los últimos 40 años.
Pese a ello, el hoy designado como director de la estatal ha defendido el rescate de la producción petrolera en el último sexenio. Y es que, si se toma en cuenta la extracción de condensados –un hidrocarburo muy ligero extraído de campos como Ixachi y Pemex– la cifra se eleva hasta el 1.787 millones diarios. Un número aún muy lejano a la promesa obradorista.
También ha defendido el aumento en la refinación de combustibles. Los últimos datos oficiales de la petrolera dicen que en julio la refinería Dos Bocas produjo 30,000 barriles diarios entre diésel y coque y con ello el procesamiento de crudo superó el millón de barriles diarios. Una meta que habría planteado la exsecretaría Rocío Nahle para 2019, el primer año del obradorismo.
"Es muy difícil ser positivo con Pemex cuando el costo de producción de un barril de gasolina es más alto que al precio que lo venden. Pero también es de reconocer que es notorio el conocimiento del nuevo director en la industria. Creo que eso tiene rasgos positivos. Me imagino que por la experiencia que tiene, sí va a ser capaz de tener un equipo fuerte, sólido, de confianza”, dice el jefe de análisis de un banco que mantiene deuda de la compañía, pero que ha pedido no ser citado.
A Rodríguez Padilla le tocará como reto el funcionamiento pleno del complejo en Tabasco y la puesta en marcha de las coquizadoras de Tula y Salamanca, los pilares de la estrategia con los que el gobierno quiere eliminar las importaciones de combustibles para lograr lo que han denominado como soberanía energética y que Claudia Sheinbaum ya ha abrazado como una de sus promesas políticas.
Pese a los distintos signos de continuidad, el mercado ha tomado como positiva la designación y de una mejor manera que el nombramiento hace seis años de Octavio Romero Oropeza. Esperan un nivel de diálogo más elevado respecto a los temas técnicos, decisiones más pragmáticas y una priorización por negocios más allá de la producción de gasolinas. “En general, creo que la designación es positiva ya que Víctor Rodríguez tiene una amplia experiencia analizando el sector energético de México. Aunque no tiene experiencia directa en Pemex, es probable que adopte un enfoque pragmático a su nuevo papel, a juzgar por algunos de sus comentarios en el pasado. Hay algunas especulaciones de que podría favorecer la apertura del sector energético”, dice Aaron Gifford, analista de T. Rowe Price, una de los principales tenedores de deuda de Pemex.
"Aunque Rodríguez sigue alineado con la ideología de Sheinbaum y Morena en muchos aspectos, creo que este nombramiento es un paso adelante de lo que vimos durante la administración anterior y debería proporcionar un impulso a la confianza de los inversores incluso si no vemos cambios radicales en el futuro”, concluye.
