Con esta repentina bonanza, el agave escaseó y las tequileras llegaron a pagar 35 pesos por kilo (1.75 dólares a la cotización actual), recuerda Guzmán, productor de la región de Los Altos (estado de Jalisco, oeste).
"Esos precios motivaron a gente ajena al productor (tradicional) a plantar agave sin ton ni son, a diestra y siniestra", cuenta el agricultor de 80 años.
"Hubo gente que vendió sus fábricas, hoteles, tierras, ranchos para meterse al cultivo del agave", añade el patriarca en Zapotlanejo, cuyo paisaje árido se pintó del verdor de la planta en los últimos años.
Millonarios como Elon Musk o el basquetbolista LeBron James también han incursionado en el negocio con sus propias marcas de tequila, impulsando aún más la fama del destilado.
Coyotes y Trump
El furor llevó a que los productores registrados pasaran de 3,180 en 2014 a 42,200 en 2024; mientras, el área cultivada aumentó de 95,089 hectáreas en 2018 a 214,620 en 2023, según cifras del gobierno mexicano.
Así se ocasionó una sobreproducción que derrumbó los precios del agave hasta un promedio de ocho pesos por kilo en la actualidad (40 centavos de dólar), reportan productores.
Los nuevos actores "hicieron que el inventario supere lo que la industria puede consumir en un año", comentó Alexis Álvarez, secretario del CRT.
Debido a ello, los sembradores tradicionales urgen un precio de unos 60 centavos de dólar por kilo, que cubra al menos los costos de producción, señala Martín Franco, vicepresidente del Barzón Agavero.
Pero enfrentan amenazas adicionales: los "coyotes" o intermediarios que aprovechan la desesperación de campesinos para comprar las cosechas hasta por 10 centavos de dólar el kilo, y los aranceles de 25% que quiere imponer a México el presidente Donald Trump.
"Estados Unidos consume como el 85% del tequila que se produce de la denominación de origen (...), entonces claro que sí me preocupa", reconoce Guzmán.
Para contrarrestar a los "coyotes", el CRT lanzó una plataforma digital donde los cultivadores tradicionales pueden aplicar a las órdenes de compra de tequileras con precios que garanticen una "rentabilidad razonable". Hasta ahora se han registrado 280 de ellos.
Tequila caro
Paradójicamente, la situación del agave no se refleja en el precio del tequila, que ha aumentado en medio de una creciente demanda internacional cuyo top 10 completan Alemania, España, Canadá, Francia, Reino Unido, China, Australia, Colombia y Japón.
El consumo nacional de tequila representa un tercio de la producción, que internamente tiene un duro competidor, el mezcal.
"Para nosotros que consumimos y no estamos en el negocio, no nos ha beneficiado ni afectado (...) Si bajó (el agave), nos tendría que bajar un poquito el licor, pero no", dice Salvador Magaña, de 55 años, mientras bebe un trago en la barra de La Iberia, cantina del centro de Guadalajara, capital de Jalisco, fundada en 1877.
Martín Martínez, gerente de este lugar ambientado por mariachis, calcula que en los últimos seis años los precios del tequila se duplicaron, lo que juzga exagerado.
Ha tenido que reducir márgenes de ganancia para no perder clientes, algunos de los cuales -dice- han migrado a marcas "un poquito más accesibles (...) en detrimento de reposados y añejos".
Aun así, Martínez se siente tranquilo. Logró evitar el cierre de La Iberia tras dificultades económicas, y está seguro de que el consumo de tequila, un producto de "calidad excepcional", está garantizado incluso si la cantidad disminuye.