En octubre de 2024, Sheinbaum dijo que esperaba al menos 20,000 millones de dólares en inversiones para este año. Y aunque buena parte de ese capital ha llegado desde el vecino del norte —el mismo que endurece aranceles y presiona por reglas de origen más estrictas—, la señal que envían las compañías es clara: México aún es negocio.
¿Qué empresas invertirán en México?
Ignacio Caride, presidente ejecutivo de Walmart de México, anunció el 27 de marzo una inversión de 6,000 millones de dólares para expandir la operación de la cadena minorista, lo que implicará la apertura de nuevas tiendas y la creación de 5,500 empleos directos. “Creemos en el país y en su potencial. Vamos a seguir invirtiendo”, dijo desde Palacio Nacional.
La cadena The Home Depot también apostó fuerte por México. El 27 de febrero reveló un plan de inversión por 1,300 millones de dólares hasta 2028, con la intención de incrementar su red de tiendas a 165 unidades desde las 140 actuales. Esto implicará generar 2,000 empleos adicionales.
La suiza Nestlé no se quedó atrás. Steve Presley, CEO para la Zona Américas, y Fausto Costa, presidente ejecutivo de Nestlé México, detallaron que entre 2025 y 2027 destinarán 1,000 millones de dólares para ampliar su capacidad instalada en plantas localizadas en Veracruz, Guanajuato, Querétaro y Estado de México. Además, construirán un nuevo centro de distribución.
Mabe, el fabricante de línea blanca, informó el 14 de marzo que invertirá 668 millones de dólares entre 2025 y 2027 para robustecer su infraestructura y capacidades tecnológicas.
Volvo Group también decidió ampliar su apuesta por México. En agosto de 2024, la automotriz sueca anunció que invertiría 700 millones de dólares para construir una planta de camiones pesados en Monterrey, Nuevo León. Pero en abril de 2025, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, confirmó que la inversión aumentará a 1,000 millones de dólares.
Estos anuncios no son aislados. Desde el cambio de gobierno, en diciembre de 2024, México mantiene un ritmo sostenido de anuncios corporativos. Y si bien la Secretaría de Economía aún no publica las cifras oficiales de Inversión Extranjera Directa (IED) del primer trimestre de 2025, el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce) estima que el país alcanzará 39,324 millones de dólares en el año, 2.4% más que en 2024.
Los sectores van del consumo a la tecnología, de las manufacturas al gas natural. Mercado Libre ampliará operaciones con una inversión de 3,400 millones de dólares. Amazon, 6,000 millones para logística. Netflix comprometió 1,000 millones de dólares en contenido.
Royal Caribbean invertirá 1,500 millones en turismo. Santander anunció 2,000 millones para infraestructura financiera. Y en el sector energético, la australiana Woodside Energy y la estadounidense México Pacific presentaron proyectos que suman 25,400 millones de dólares.
Lo que sorprende no es solo la dimensión de las cifras, sino la estrategia detrás del escaparate. La presidencia ha entendido que cada anuncio no solo es una buena noticia económica, también es un mensaje de estabilidad para inversionistas, agencias calificadoras y mercados. En un entorno donde los gobiernos buscan blindarse, Sheinbaum ha decidido hacer visibles —casi ceremoniales— los compromisos de inversión.
En el mundo corporativo, estos anuncios no se hacen por cortesía política. Se hacen cuando hay razones claras para hacerlo. “Es un catalizador positivo para el crecimiento económico y los mercados financieros. Da certidumbre y da un mensaje de confianza de que México es resiliente al impacto de los aranceles”, dice Humberto Calzada, economista en jefe para Rankia Latinoamérica.
Y aunque la relación con Washington es, por momentos, incómoda —con una Casa Blanca que empuja ajustes al T-MEC y promueve una agenda proteccionista—, los flujos de capital siguen entrando. La cercanía geográfica, la red de tratados comerciales y una economía que aún crece por encima del promedio regional, mantienen al país en el radar.
“Las empresas se vuelven un driver”, dice Calzada. “Que estén dispuestas a poner su dinero en el país es una señal de la fortaleza de los fundamentales de la economía mexicana”.