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Manufactura médica se juega su futuro por trabas regulatorias y falta de talento

México se consolidó como un pilar de exportación global de dispositivos médicos, pero hoy enfrenta cuellos de botella internos que amenazan su competitividad.
vie 23 mayo 2025 08:27 AM
México es potencia en manufactura médica, pero ¿por cuánto tiempo más?
Países como Costa Rica, Malasia o Vietnam ya compiten por atraer inversiones que antes eran casi exclusivas de México.

La estabilidad de México como plataforma manufacturera para el sector de dispositivos médicos enfrenta una prueba decisiva. Aunque compañías globales como Medtronic han consolidado operaciones clave en estados fronterizos, los retos regulatorios, logísticos y de talento ponen presión sobre la competitividad de la industria ante la creciente rivalidad con Asia y la incertidumbre en la relación comercial con Estados Unidos.

México alberga cerca del 60% de la manufactura de dispositivos médicos del continente. La ubicación geográfica del país, al lado del mayor mercado del mundo, ha sido hasta ahora una de sus principales ventajas. El impulso del nearshoring ha traído inversiones, pero también ha elevado las exigencias.

Los clientes internacionales no solo buscan precios competitivos, sino capacidad de reacción, talento especializado y marcos regulatorios confiables. “La competitividad hoy se mide en velocidad. Y eso lo determina tanto la tecnología como la política pública”, dice Héctor Orellana, vicepresidente de Medtronic para Norte de Latinoamérica y presidente de la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID).

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"Una regulación del siglo XXI"

Medtronic tiene 79 centros de manufactura en el mundo. El de México no es solo uno más: es estratégico. Desde aquí salen productos de alta especialización —marcapasos, válvulas cardíacas, dispositivos mínimamente invasivos— que se distribuyen a América Latina, Europa y Asia.

“No podemos seguir operando con una regulación del siglo XX mientras la tecnología avanza a velocidad exponencial”, apunta Orellana. Se refiere, sobre todo, a los cuellos de botella en Cofepris, la autoridad sanitaria encargada de aprobar los dispositivos que ingresan al mercado nacional. Aunque reconoce mejoras en la gestión digital, el directivo asegura que los tiempos siguen siendo incompatibles con la urgencia médica.

El reto no es menor. Estados Unidos —principal destino de exportación— ha endurecido los requisitos de trazabilidad y cumplimiento. Las fábricas en México responden a esa presión con eficiencia quirúrgica. Pero internamente, el sistema regulatorio sigue operando con criterios que, en ocasiones, frenan la adopción de tecnologías ya probadas a nivel internacional.

La escasez de talento

Al problema normativo se suma el déficit de personal capacitado. Aunque Baja California concentra más del 50% de la fuerza laboral dedicada a la manufactura médica en el país, la formación de ingenieros, técnicos y médicos no crece al mismo ritmo.

“Uno de los grandes retos para incrementar la manufactura es la escasez de personas. Nuestro sector es muy dependiente de la misma obra”, admite el directivo.

Medtronic ha capacitado en los últimos dos años a más de 1,800 médicos mexicanos, como parte de su compromiso para que la tecnología no solo se fabrique en México, sino también se utilice. “Para nosotros es fundamental este vínculo con las universidades y con los profesionales de la salud para complementar la adopción tecnológica”, destaca Orellana.

En este contexto, la industria habla cada vez menos de fábricas y más de ecosistemas. Orellana insiste en que el éxito de la manufactura no puede separarse del acceso. “Producir en México y exportar al mundo no es suficiente. Hay una responsabilidad de que esta tecnología también beneficie a los pacientes mexicanos”.

Desde AMID, las empresas del ramo —que incluyen a gigantes como Johnson & Johnson, Boston Scientific, Siemens Healthineers o Philips— han planteado al gobierno una hoja de ruta para modernizar la regulación, fortalecer la infraestructura hospitalaria y formar talento. La respuesta, aseguran, ha sido receptiva.

“No podemos permitirnos perder esta oportunidad. Si no alineamos la regulación con la innovación, lo que hoy es una ventaja competitiva puede volverse una debilidad estructural”, advierte el ejecutivo. La amenaza no es menor: países como Costa Rica, Malasia o Vietnam ya compiten por atraer inversiones que antes eran casi exclusivas de México.

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