El director ejecutivo Hakan Samuelsson, quien recientemente regresó al cargo tras dirigir la compañía durante una década hasta 2022, presentó en abril un programa para recortar costos en 18 mil millones de coronas suecas (1,900 millones de dólares), incluyendo un recorte sustancial en su personal administrativo, que representa el 40% de la plantilla.
"Hay personal administrativo en casi todas las áreas, incluyendo I+D, comunicación y recursos humanos", declaró Samuelsson a Reuters el viernes. "Así que está en todas partes, y es una reducción considerable".
Creo que será muy positivo, nos ahorrará dinero y dará espacio a la gente para asumir mayores responsabilidades. El nuevo director financiero de Volvo Cars, Fredrik Hansson, declaró a Reuters que, si bien todos sus departamentos y ubicaciones se verían afectados, la mayoría de los despidos se producirán en Gotemburgo.
"Está diseñado para que seamos estructuralmente más eficientes, y su desarrollo podría variar ligeramente según la zona. Pero no se deja piedra sin remover", añadió Hansson.
Los despidos representan alrededor del 15% del personal administrativo de la compañía, según informó Volvo Cars en un comunicado, y supondrían un coste único de reestructuración de 1,500 millones de coronas.
Con la mayor parte de su producción en Europa y China, Volvo Cars está más expuesta a los nuevos aranceles estadounidenses que muchos de sus rivales europeos, y ha declarado que podría resultar imposible exportar sus coches más asequibles a Estados Unidos.
El analista de Handelsbanken, Hampus Engellau, afirmó que el número de empleados despedidos se ajustaba a las expectativas y que la decisión de la compañía de optimizar sus operaciones era positiva.
El grupo retiró sus previsiones financieras tras anunciar sus recortes de costes el mes pasado, señalando la imprevisibilidad de los mercados ante la menor confianza del consumidor y los aranceles comerciales que están causando turbulencias en la industria automovilística mundial.
El viernes, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con imponer un arancel del 50% a las importaciones de la Unión Europea a partir del 1 de junio, pero el lunes se retractó de esa fecha y restableció el plazo del 9 de julio para permitir conversaciones entre Washington y Bruselas.