Cae producción de Golf térmico
El acuerdo alcanzado en diciembre de 2024 entre Volkswagen y los sindicatos alemanes contempló una redistribución de su capacidad industrial. Una de las decisiones más relevantes fue el traslado de la producción del Golf con motor térmico —uno de los modelos más emblemáticos del grupo— desde Wolfsburgo hacia su planta en México, lo que ha generado incertidumbre entre los empleados de la sede central en Alemania.
Sin embargo, Cavallo intentó ofrecer certezas. Aseguró que Wolfsburgo no perderá su papel estratégico dentro del conglomerado, ya que se prepara para albergar la producción del Golf eléctrico y de un sucesor del SUV compacto T-Roc, con cronogramas estimados hacia finales de la década. Estos planes buscan apuntalar el futuro de la planta, en momentos en que la demanda de vehículos con motores de combustión interna sigue cayendo en Europa.
“La tendencia es un declive imparable (…) ¡El Golf debe irse a México! Tarde o temprano. De lo contrario, nuestra planta acabará encontrándose al final de estas estadísticas que acabo de mostrar”, afirmó Cavallo en una intervención publicada en la intranet corporativa y reproducida por Reuters. El comité de empresa difundió un gráfico que refleja esta caída: de más de un millón de unidades del Golf producidas en 2015, la cifra se ha reducido a poco más de 300,000 en 2024, y se prevé que apenas se fabriquen 250,000 unidades este año.
Frente a este panorama, los sindicatos accedieron a un uso mínimo de la capacidad productiva durante el periodo de transición, lo que implica aceptar fases con menor carga laboral. Esta decisión, respaldada por una política de redistribución de turnos y ajustes salariales, forma parte del esfuerzo conjunto por sostener el empleo en la planta sin frenar la transformación industrial.
Un giro hacia la electrificación
El giro hacia la electrificación responde no solo a objetivos climáticos, sino también a la urgencia de mantener la competitividad frente a fabricantes chinos y estadounidenses, cuyas plataformas eléctricas están ganando terreno rápidamente. Wolfsburgo, cuna del grupo automotor más grande de Europa, se convierte así en un símbolo de la difícil pero inevitable transición de la industria automotriz global.
La eventual semana laboral reducida se inserta en una tendencia más amplia de flexibilización de jornadas en sectores afectados por la automatización y la transición energética. Aunque todavía no se ha formalizado, el planteamiento refleja las tensiones entre productividad, sostenibilidad y estabilidad laboral que marcarán la próxima década en la industria.
Con el Golf térmico en retirada, la apuesta por su versión eléctrica y nuevos modelos SUV será decisiva para que Wolfsburgo mantenga su relevancia en el ecosistema de Volkswagen.
Con información de Reuters