Félix Shpilman llegó a Emerging Travel Group —matriz de RateHawk— como su primer inversionista. En ese momento, sus amigos del colegio, fundadores de la empresa, le ofrecieron un puesto en la compañía, que entonces se enfocaba en conectar a empresas con viajeros. Shpilman rechazó el empleo, pero decidió invertir una pequeña cantidad de dinero.
Con un producto ya enfocado en el viajero final, en 2014 la oportunidad para RateHawk se volvió clara: desarrollar una plataforma B2B con un enfoque tecnológico para el segmento corporativo. El objetivo era conectar a agencias de viaje —y a través de ellas, al consumidor final— con una amplia oferta de alojamiento, vuelos, trenes y renta de autos.
“La magia detrás de RateHawk era muy simple: nadie creía que los profesionales de viajes merecían productos digitales fáciles de usar, funcionales y convenientes para ayudarles a reservar servicios para sus clientes. Todos pensaban que el futuro estaba en el modelo B2C, como Booking.com, y que las agencias desaparecerían en diez años”, relata Shpilman.
Pero los resultados han demostrado lo contrario. Según datos proporcionados por el directivo, el valor neto de reservas de RateHawk creció 1.8 veces a nivel global en el último año, y en América Latina se expandió 2.4 veces. Entre sus clientes se encuentran jugadores como Despegar, Expedia y Ctrip.