Para lograrlo, distintos gobiernos estatales están trabajando en esquemas regionales. Guadalupe Guidi, subsecretaria de Turismo de Nuevo León, destaca que el Mundial debe entenderse como una oportunidad compartida. “Para potencializar los esfuerzos, firmamos una alianza regional con Coahuila, Tamaulipas, Sonora, Chihuahua, Durango y Sinaloa”, afirma. El objetivo es claro: atraer parte del flujo de visitantes hacia estados que, aunque no albergarán partidos, pueden ofrecer experiencias únicas.
Uno de los esfuerzos más concretos es el Pasaporte Nuevo León, una aplicación móvil que estará disponible en 25 idiomas y que incluirá información sobre rutas, hoteles, restaurantes, líneas de transporte y tiempos de traslado. A través de esta herramienta, se busca facilitar el movimiento de aficionados entre destinos del norte del país, incentivando así su estadía más allá de los encuentros deportivos.
Nuevo León también será una de las sedes del Fan Fest oficial de la FIFA, evento que reunirá a miles de aficionados sin boletos para el estadio. Guidi adelantó que ya se trabaja en mejorar el transporte, la infraestructura hotelera y las vías de comunicación, aunque aún no se han revelado cifras concretas sobre la inversión requerida.
Desde la perspectiva logística, uno de los puntos clave será la conectividad aérea. David Manllo, director de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Nuevo León, explica que Monterrey ya trabaja en coordinación con el Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA) para incrementar las rutas. “Hoy tenemos 62 rutas, y proyectamos crecer entre 65 y 68 vuelos”, señala. Además, se están explorando enlaces con otras ciudades como Houston y Dallas para facilitar el tránsito binacional.
La capacidad de alojamiento también se está ampliando. “Pasamos de 15,000 a 17,000 habitaciones y se están construyendo 13 nuevos hoteles. Además, tenemos contabilizadas entre 6,000 y 7,000 habitaciones adicionales en plataformas como Airbnb”, detalla Manllo. La entidad espera recibir hasta dos millones de personas y romper el récord de asistencia a un Fan Fest en cualquier Mundial. “La idea es romper el récord del Fan Fest en cualquier Mundial”, declara.
Si bien las sedes oficiales concentran buena parte de la atención, estados como Baja California, Chiapas, Oaxaca o Yucatán también buscan integrarse a la ola de promoción. El mensaje de Asetur es claro: el Mundial debe ser una plataforma para proyectar todo el potencial turístico del país, incluyendo aquellos destinos que no recibirán partidos pero sí turistas.
Otro de los desafíos que reconocen las autoridades estatales es el de la seguridad. El presidente de Asetur y la subsecretaria de Turismo de Nuevo León coinciden en que México debe reforzar la protección a los visitantes, especialmente en zonas turísticas y carreteras. Como parte del trabajo conjunto con el gobierno federal, se proyecta un despliegue adicional de policías en puntos de encuentro de aficionados y en las principales rutas terrestres, aunque aún no se ha definido cuántos elementos se sumarán, ya que es un rubro en desarrollo con participación de las autoridades federales.
La Ciudad de México y Guadalajara también afinan sus estrategias. Aunque sus mercados turísticos están más consolidados, el reto será evitar la saturación y garantizar una experiencia segura y eficiente para los asistentes. La modernización del transporte y la gestión de flujos turísticos serán elementos fundamentales en sus planes de operación.
Sin embargo, la experiencia de otros mundiales muestra que los beneficios no siempre se reparten de forma equitativa. Las ciudades anfitrionas enfrentan riesgos como el encarecimiento de servicios, la sobreexplotación de recursos y la exclusión de comunidades locales de los beneficios económicos si no se aplican medidas de planeación urbana y turística con enfoque social.
En ese contexto, el reto será que el impulso económico del Mundial no se diluya una vez terminado el evento. Lograr beneficios sostenidos implica articular inversiones públicas y privadas, así como aprovechar la visibilidad internacional del torneo para consolidar a México como un destino turístico competitivo a largo plazo.
La expectativa es alta. Con más conectividad aérea, mejoras en infraestructura, alianzas regionales y herramientas digitales, el país se alista para recibir a millones de visitantes. La cuenta regresiva avanza y, si la coordinación entre gobiernos, industria y comunidades se mantiene, el Mundial 2026 podría dejar una huella más allá de los estadios.