El fenómeno no es nuevo, pero sí ha evolucionado. Hasta hace poco, la adulteración de gasolina solía hacerse con alcoholes fuera del parámetro permitido, lo que facilitaba su identificación en pruebas básicas. Hoy, las redes ilegales han sofisticado las mezclas, incorporando compuestos más complejos como aromáticos y naftas, que elevan el octanaje pero también incrementan el riesgo de daños mecánicos.
“Seguimos viendo adulteraciones, pero ahora es más difícil detectarla porque ya no utilizan tanto alcohol como antes. Y al no utilizar tanto alcohol, que era la forma rápida de detectarla, se vuelve más complejo porque hay que hacer más pruebas para ver en qué porcentaje va”, explicó en entrevista Andrés Gutiérrez, CEO del laboratorio CIEFSA, especializado en análisis de calidad de combustibles.
Daño mecánico más silencioso
Este cambio en la composición ha tenido dos efectos. Por un lado, los vehículos ya no se detienen abruptamente en cuanto se les carga gasolina adulterada, lo que disminuye la sospecha inmediata. Por el otro, los daños se presentan días o semanas después, lo que complica aún más rastrear el origen del problema.
“Lo que vemos son menos casos en los que las gasolineras se quedan con los coches afuera. Eso ha disminuido mucho porque ya no hay tanto alcohol en la gasolina y, como se mejoró la formulación, el daño ya no es que se te quede el coche parado en la estación”, agregó Gutiérrez. “Pero ahora los daños se ven en que tapan inyectores, pierde potencia el vehículo, entre otros efectos. Y eso nos cuesta mucho más detectarlo”.
La complejidad técnica de las nuevas fórmulas adulteradas también representa un desafío para los laboratorios y para las autoridades regulatorias. En los análisis realizados por CIEFSA, se ha detectado un aumento en los niveles de aromáticos, que normalmente se mantenían en 23%. La norma NOM-016 de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) los limita a 25%, pero hoy se observan concentraciones de hasta 27%.
Detectar y comprobar una adulteración se ha vuelto más difícil. Los compuestos utilizados ya no siempre son identificables con pruebas rápidas, lo que deja al consumidor en una posición vulnerable y sin herramientas claras para defenderse.
Uno de los factores más preocupantes es que las redes que adulteran combustibles ya no intentan siquiera ocultar la manipulación. La presencia de mezclas fuera de especificaciones se ha vuelto común, y esto empieza a reflejarse en los reportes que reciben los fabricantes automotrices.
Desde la industria, algunas marcas han comenzado a notar casos aislados relacionados con combustible contaminado, aunque no todos reportan un incremento significativo.
“En Toyota, en particular, no hemos registrado un aumento de casos relacionados con afectaciones mecánicas, especialmente en bombas de combustible. Sí se presentan algunos incidentes en los que el vehículo no responde correctamente, y al hacer la revisión se identifica que la gasolina podría estar contaminada. En esos casos, explicamos al cliente cuál es la causa probable de la falla”, dijo Gerardo Romero, vicepresidente de operaciones de Toyota Motor Sales de México.
Romero aclaró que, si bien no hay un alza preocupante en sus estadísticas, el tema merece atención continua. “De manera general, al momento no tenemos un reporte que tengamos un incremento importante de casos. Vamos a estar monitoreando porque ciertamente es algo que sale fuera de lo que es la calidad de nuestro producto”, añadió.
Tres de cada diez litros adulterados
CIEFSA estima que al menos tres de cada 10 litros de gasolina vendidos en el país podrían estar fuera de norma o adulterados. Una proporción alarmante si se considera que la demanda nacional ronda entre 700,000 y 800,000 barriles diarios, según cifras de la Secretaría de Energía.
“Sí representa una cantidad muy importante para lo que se vende actualmente, es como el 30%. Sabemos que está ese porcentaje, y que se ha ido profesionalizando mucho”, advirtió Gutiérrez. “Ya no es tan burdo como ponerle nafta y alcohol y ya quedaba. Ahora se han ido perfeccionando y usan naftas que le aumentan el octanaje, juegan mucho con la formulación. Son fórmulas mucho más complejas”.
A pesar del avance técnico en las mezclas ilegales, la regulación no ha evolucionado al mismo ritmo. Para Gutiérrez, es urgente que las normas se actualicen y contemplen nuevos parámetros que permitan identificar compuestos actualmente fuera del radar de los análisis tradicionales.
“Es importante que como parte de las nuevas regulaciones en materia de hidrocarburos y regulatorias, se contemplen incluir modificaciones a los análisis sobre los elementos que se evalúan en la calidad de combustibles para poder identificar elementos fuera de norma”, dijo Gutiérrez.